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Crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi nos relata su crónica de Euskal Herria
José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria
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José Félix Azurmendi
7:07 min
Tx. Mucho ruido en la política de nuestro entorno
JFA. Estamos inmersos en un ambiente áspero, exagerado, ruidoso, faltón, en el que se gritan los sentimientos y las ideas, sin complejos se dice, dando a entender que aflora ahora lo que antes se sentía y pensaba pero por lo visto no se expresaba. Muchos de los líderes políticos de nuestro entorno han perdido el pudor y la vergüenza: la mesura y el equilibrio no está bien vistos. Sin el concurso de los medios de comunicación, ex abruptos e hipérboles no se dejarían sentir, pero buena parte de los media, también han optado por mostrar sin complejos lo que, por lo visto, también llevaban dentro. ¿Es suficiente la proximidad de unos cuantos procesos electorales para explicarlo? Seguramente no, porque a lo largo de esta semana, junto a felones y traidores, y aprovechando la ocasión, hemos asistido también a ajustes de cuentas privadas entre correligionarios, enmascaradas tras solemnes invocaciones principistas, que no caben en esa interpretación.
Un joven comentarista de Euskadi Irratia no estaba de acuerdo ayer en que detrás de este clima latiera el viejo guerra-civilismo que defendía su compañero de tertulia. A él le recordaba más bien el clima que en su Nafarroa natal, donde no hubo guerra civil y sí decenas de miles de fusilados, nunca dejó de hacerse sentir, extendido y proyectado ahora a todo el Reino de España. Esta reflexión de un territorio pequeño como resumen y símbolo de viejas contiendas y pasiones nunca superadas bien podría puesta a prueba en las cruzadas que las derechas ya están escenificando, entre sí y contra los demás, en este campo de lucha.
Tx. No te parecen tiempos propicios para la moderación
JFA. No son tiempos propicios para la moderación, ni en los asuntos próximos ni en los lejanos, como los de Venezuela, que sigue ocupando y al parecer preocupando como propios a políticos y medios de comunicación, también entre nosotros, hasta el punto de que ayer el Teleberri del mediodía arrancara con un reportaje sobre la lamentable situación de los hospitales y la sanidad caraqueña. Y, ya se sabe, es la valoración y la jerarquización de la noticia la más profesional forma de editorializar.
No son bien recibidos los análisis moderados en este escenario. Se tildan de complicidades las mediaciones, se llama cínico al Papa Francisco, cuando no comunista, porque aboga por salidas pacíficas además de justas; se insulta y se le buscan segundas intenciones a Rodríguez Zapatero cuando manifiesta sus opiniones sobre el caso, cuando manifestaba, habría que decir mejor, porque lleva tiempo silenciado. De vez en cuando, también algún planteamiento sensato se deja sentir y circula por la Red, como el del ex presidente uruguayo José Mugica, cuando apela a Napoleón y al sentido común para defender que siempre hay que dejar una salida al acorralado, porque de lo contrario preferirá morir matando que prisionero, lo que no le ha librado, todo lo contrario, de ser criticado desde la derecha y desde su izquierda.
Tx. No te veo muy optimista hoy
JFA. No hay motivos para ello, cuando te enteras por ejemplo de que la Justicia española da la razón a los Franco, a la Familia del dictador, al fallar que son los legítimos propietarios de dos estatuas del maestre Mateo, Isaac y Abraham, que el Ayuntamiento de Santiago reclama como propias. Dice la juez que hace tantos años ya -63, desde el 4 de junio de 1948- sin que nadie las reclamara, que se aplica la figura jurídica del usucapión, la prescripción adquisitiva por uso continuado a lo largo del tiempo sin que nadie protestara. Que nadie osara reclamárselas al dictador vivo no es extraño; que nadie lo reclamara luego solo se explica en la manera como se diseñó y materializó la Transición, y en cómo se han gestionado los asuntos del dictador, su familia y los beneficiarios del Régimen.
Oía esta mañana que el actor Gorka Otxoa proponía que se aprovechara el día de mañana, el día en que todos los barbudos del régimen se reunirán en la Plaza Colón de Madrid, para sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos: dice Otxoa que ni el prior estará allí.