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Crónica de Euskal Herria

José Félix Azurmendi nos relata su crónica de Euskal Herria

José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria

  • José Félix Azurmendi

    José Félix Azurmendi

    7:07 min
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Sabatina del 16 de noviembre de 2019

Radio Vitoria – José Félix Azurmendi

 

Tx. Como se podía temer, la nueva consulta electoral no ha aclarado el panorama

JFA. Hace seis días fuimos llamados a votar para elegir nuestros representantes en las Cortes Españolas. Hace cinco asistimos sorprendidos a la firma de un compromiso para un Gobierno de coalición, que había parecido imposible antes, entre los secretarios generales del PSOE y de Unidas Podemos. De inmediato, las mismas derechas que acababan de proclamar que nunca darían su apoyo a un cogobierno con los socialistas se mostraron partidarias de una gran coalición a la alemana, con tal de que el proyecto de gobierno progresista no siguiera adelante, que es lo que las asociaciones patronales siempre habían recomendado. Tampoco la reacción de los viejos adversarios de Pedro Sánchez en su partido se hicieron esperar, González, Rodríguez Ibarra, Leguina y compañía mostraron su airado desacuerdo con un proyecto de gobierno que había cogido por sorpresa a todo el mundo, que era a la luz de las reacciones también de los grandes medios de comunicación la única manera de que prosperara. Sea mérito o no del donostiarra que susurra al oído del presidente Sánchez, ha quedado claro que solo como lo hicieron era posible esa firma para intentar un Gobierno de coalición que requiere de más apoyos pero que tiene en el tremendo enfado de sus oponentes la mejor prueba de su viabilidad. También los vascos fuimos sorprendidos por la operación Sánchez-Iglesias, aunque no creo exagerar si digo que fuimos gratamente sorprendidos.

Desde el martes, desde hace cuatro días, todo son sumas y restas, conjeturas, cálculos y presunciones para dar con los votos favorables y las abstenciones necesarias para que el proyecto se materialice en gobierno antes de Navidad. No quería Sánchez depender de los nacionalistas catalanes y vascos para su investidura, pero los ciudadanos, con sus votos, le han obligado a entenderse, a empezar a entenderse al menos, con ellos, para al menos empezar a resolver el mayor problema que viene arrastrando el Estado, que no es otro que el de su plurinacionalidad mal gestionada.

Tx. ¿Y qué dicen los nacionalistas catalanes de este apoyo necesario?

JFA. De entrada, las tres fuerzas soberanistas con representación en el Parlamento español, Junts per Cat, ERC y CUP, se han emplazado para una ronda de contactos que trate de aprobar una posición unitaria de cara a la investidura. No será fácil el acuerdo entre ellos y menos lo será con el PSOE y Podemos, pero la coyuntura es lo suficientemente grave como para que lo intenten. Hemos oído estos días a analistas catalanes independientes, sin embargo, que el Tsunami Democràtic es ajeno a estos movimientos, se mueve con una lógica al margen no solo de los partidos soberanistas, sino incluso de las grandes asociaciones ciudadanas como la Asamblea Nacional Catalana o el Omnium Cultural y otras.

En Catalunya se está practicando ya un nuevo catalanismo que no está a la espera de lo que haga o deje de hacer Madrid, sostienen analistas comprometidos con el Proceso, que lo explican en que el país cambió tras la publicación de la sentencia del 14 de octubre y la primera demostración del Tsunami. No son pocos allí los que están por acciones más radicales y, lo que sería más novedoso, son ajenos a las instrucciones de partidos o asociaciones. Y hay una significativa parte de la sociedad que les entiende, si no es que les secunda. Se acuerdan algunos de Fanon para ver en lo que está sucediendo en Catalunya la prueba de que no tiene por qué ser necesariamente el Estado el que monopolice el ejercicio de la violencia. No exageraba el ministro del Interior español cuando decía que lo de Catalunya era más grave que lo que había sucedido en Euskadi. Hubo aquí una larga y tremenda violencia entre los menos, y unas muy importantes movilizaciones puntuales, pero nunca llegó tan lejos la desobediencia civil.

Tx. ¿Y para terminar?

JFA. Para terminar un apunte colateral pero significativo a mi juicio y también de otros por lo visto. A propósito de cómo se leían nuestros resultados electorales y se decía, también en esta Casa, que EH Bildu había obtenido cuatro diputados en Euskadi y uno en Navarra, Arantza Urretabizkaia sostuvo el lunes en ETB que era esa una manera dolorosa para muchos de referirse a nuestra realidad nacional. Me gustaría que tuviera razón cuando dice que es algo que molesta a muchos, que rechina en los oídos de muchos, sí desde luego en los míos.