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Crónica de Euskal Herria

Crónica de Euskal Herria 18-1

José Félix Azurmendi analiza la actualidad en su crónica de Euskal Herria

  • José Félix Azurmendi

    José Félix Azurmendi

    9:39 min
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Sabatina del 18 de enero de 2020

Radio Vitoria – José Félix Azurmendi

 

Tx. Instalados en la normalidad, después de tanta fiesta, ¿en qué has puesto la mirada?

JFA. Me he fijado en tres personas, en tres varones guipuzcoanos, uno de Tolosa, otro de Irún y el tercero de San Sebastián, con biografías diferentes y referentes en muchos aspectos de tres familias sociopolíticas asentadas en estos entornos. Han tenido los tres, por diferentes motivos, mucho protagonismo. Me refiero a Jonan Fernández, Borja Sémper e Iván, con uve, Redondo Bacaicoa. En el caso de este, incluir el segundo apellido le añade información a nada que se conozca la ciudad y la aportación que le han hecho históricamente los apellidos provenientes de la vecina Nafarroa euskeldun. Tienen en común también que los medios han convenido a menudo en referirse a ellos solo por sus nombres, otra muestra más de la relevancia social con la que cuentan.

Jonan no nació para ser discreto, si eso conlleva no hacer ni decir nada. Así fue desde su entrada en sociedad para dar una salida racional a la construcción de una autovía que estaba llevándose vidas por delante. Luego armó Elkarri, que derivó en Lokarri, una opción pacificadora que puso muy nerviosa a aquella ETA que vio en ella una tercera vía peligrosísima para su autoasumido papel de conductor de cuanto se movía en la izquierda abertzale. Jonan montó una estructura inusualmente ambiciosa y costosa para socializar su proyecto, diseñó para su financiación nada menos que una lotería. La casualidad quiso que presenciara yo su primera entrada, no sin reparos, en la casa del padre, en Sabin Etxea, a invitación de aquella Fundación tan activa en esos años. Le acompañó su mujer, que fue la que analizó el momento diciéndole a Gorka Agirre algo así como que ahora nos invitais, porque somos críticos con la estrategia de ETA.

Siempre me pareció Jonan un hombre respetable, bien intencionado, todo lo ambicioso que hiciera falta para extender su programa pacificador por todo el mundo, y un tanto temerario: para enfrentarse abiertamente a ETA, especialmente si venías de ser concejal de Herri Batasuna en Tolosa, había que serlo. Al cabo de los años, paró en lo que es hoy, se puso corbata, y me pareció que adelgazaba en exceso. Es desde lo que hoy es -el hombre de confianza del lehendakari para cuestiones que tienen que ver con víctimas, presos y relatos- como esta semana se ha hecho sentir al hacer público que se reclamaría al Gobierno español que todos los presos de ETA estuvieran en cárceles de Euskadi o en otras muy cercanas. A Otegi no le ha gustado el modo elegido para decirlo, y menos a los socialistas vascos, que lo ven como cosas de Jonan, que a nada ni nadie comprometen.  Solo añadiré que si bien es cierto que a nuestro protagonista no le calla nadie, no parece menos cierto que nadie se imagina haciéndolo sin conocimiento de Iñigo Urkullu.

Tx. ¿Y el segundo personaje de la semana?

JFA. Aunque se le tiene por donostiarra, Borja Sémper llegó de Irún, una ciudad fronteriza en muchas cosas, con una población marcada por el tren y la aduana, además de por la cercanía de Hendaia y la regata baztanesa. De ahí llegó también otra joven dirigente del Partido Popular, Arantza Quiroga, que le precedió a la hora de incorporarse, y también a la hora de hacer mutis por el foro. Se me ocurre en ambos casos que lo han hecho porque podían permitírselo y porque estaban a tiempo todavía de construir una vida al margen del partido. Si el PP viviera mejores tiempos y la apuesta de Borja en Madrid hubiera salido triunfante, seguramente seguiría en las estructuras del partido y seguramente como diputado en Madrid, que es donde su mujer pasa la mayor parte de su tiempo, porque a las buenas actrices vascas Euskadi se les ha quedado pequeña. Nadie lo dice, pero todos sabemos aquí que Borja está casado con una muy valiosa mujer, con la que tiene dos hijos, además de otro de un anterior matrimonio. Forma parte ella de una familia muy ligada a la vida y la cultura euskeldun, es ella misma un referente para muchos desde su más tierna infancia. No sé dice, porque es feo además de injusto, pero son muchos los que pensaron en su día que esta pareja no pegaba.  Pero el amor es así, y de la mano de ella hizo pública su retirada de la política, aunque el destino que se ha ganado esté estrechamente unido a las relaciones y contactos que la política le ha legado. Vivirán al lado de otro valor vasco en Madrid, Eduardo Madina. No sería extraño que, como él, fuera tentado por las tertulias, políticas por supuesto.

Tx. ¿Y el tercero?

JFA. El tercero es Iván, convertido en el hombre fuerte de La Moncloa, hasta el punto de despertar no pocos celos en el PSOE. No es el primer donostiarra con habilidades para moverse en aguas procelosas de ignotos mares. No es el primero tentado por la política como observador y analista, que se ofrece al mejor postor, desde una posición pretendidamente aséptica y profesional, al estilo de algunos asesores como los que aparecen en las series norteamericanas. Es discreto, Iván: hasta hace poco, y a pesar de que se le veía entrar en la parte de atrás del coche junto al presidente Sánchez, era difícil hasta ponerle cara. Hizo sus estudios universitarios en Comunicación, en una filial de la Universidad de Deusto en la que hubiera podido ser yo su primer director, si hubiera aceptado la propuesta de su entonces vicerrector. No acepté porque los jesuitas pagan poco, y porque me parecieron más idóneos para echar adelante aquella escuela pensada como negocio el jesuita vasco-venezolano Jesús Mari Agirre, que andaba por aquí, y el añorado Mariano Ferrer. Estoy seguro de que algo más habrá tenido que estudiar Iván, para engordar un curriculum a todas luces corto.  Y estoy seguro de que tiene que ser inteligente, frío, ambicioso. Pedro Sánchez le ha colmado de títulos, y los medios de comunicación, de titulares. Ya veremos cómo acaba este idilio, pero entre tanto, ahí le tenemos, con su cara redonda y sonrosada, arrasando en Madrid.