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Crónica de Araba
Aeropuerto y tranvía, símbolos paradójicos en la opinión pública de Gasteiz
JB
El Aeropuerto de Foronda y el tranvía han sido dos infraestructuras de comunicaciómn que han sido acogidas en Gasteiz de forma diferente y con resultados distintos, por no decir contrapuestos.
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El Aeropuerto de Vitoria-Gasteiz cumple 40 años con la asignatura pendiente del tráfico de pasajeros
3:28 min
La actualidad de esta semana viene definida por una inauguración que llega sobre raíles y por una conmemoración que sobrevuela la catenaria. La prolongación del tranvía precisamente hasta el Campus Universitario, frente a la sede Eitb-R. Vitoria, coincide con el 40 aniversario del aeropuerto de Foronda. Los caprichos de la historia dejan estas casualidades para las efemérides de la ciudad.
Estos dos medios de transporte, tan diferentes en sí mismos, han tenido también un origen distinto y una evolución desigual. Nadie discutió en su día la necesidad del aeropuerto de Foronda. Todo lo contrario, fue acogido con un entusiasmo tan triunfalista como ingenuo. Posteriormente, la escasa operatividad en el tráfico de pasajeros ha estado cuestionando la viabilidad de las instalaciones aeronáuticas a largo de sus cuatro décadas de vida. La sabiduría popular bautizó el desaparecido aeródromo de Salburua como ovejódromo, porque lo frecuentaban más los rebaños ovinos que el aterrizaje de aviones, y Foronda llegó a tener el apelativo de aeropuerto fantasma.
El transporte de productos perecederos y el servicio de paquetería han sido la tabla de salvación de un aeropuerto que nunca alcanzò la velocidad de crucero soñada, porque no encontró el calor de AEANA ni de las compañías de vuelos comerciales. El camino para sobrevivir ha sido la nocturnidad y el tráfico de mercancías.
Las instituciones vascas y la Cámara de Comercio, agrupadas en VIA, se han conjurado en el diseño iniciativas para relanzar el aeropuerto de Foronda, atrayendo compañías de low cost y han logrado cerrar 2019 con 174.000 pasajeros, el tercer mejor registro de su historia; lejos de los dos millones pronosticados en su día. Ensoñaciones que volaron sin aterrizar en una terminal que empezó siendo provisional y acabó siendo definitiva.
El Tranvía, por el contrario, nunca gozó del mismo encanto inicial y arrastró desde su origen la polémica de su idoneidad viajando en el furgón de cola. La falta de consenso-recordemos- frustró el primer intento en el año 1995 y no fue hasta trece años después, el 23 de Diciembre de 2008, cuando se puso en marcha la primera línea hasta Ibaiondo.
Los récords anuales de usuarios han ido confirmando la eficacia y utilidad de un modelo de transporte que ha supuesto, también, uno de los elementos de mayor modernidad que ha incorporado la ciudad en su urbanismo en los últimos años, junto a los carriles de bicicletas.
La prolongación desde Angulema hasta le Campus Universitario, pasando por Florida, Puente de Las Trianas, Hegoalde, Nieves Cano y Martínez de Aragón ha contado, como no podóa ser de otra manera en la opinión pública vitoriana, con voces en contra. La jornada inaugural, no obstante, tendrá un marcado carácter festivo, amenizado por la música a ritmo de Jazz, Swing y Folk de Geraldine, Itziar Yagüe y Korrontzi. Una inauguración en la que no habrá representantes políticos para evitar que la puesta en marcha de una infraestructura de comunicación diaria par el ciudadano quede contaminada por la inevitable pre-campaña electoral.
Eusko Trenbide Sareak confía en acercarse a los nueve millones de usuarios con el nuevo tramo y alcanzar los diez millones cuando se haga realidad la proyectada extensión a Salburua. Mientras tanto, el enclave de Martínez de Aragón se prepara para ser un nodo importante en la movilidad de la ciudad, porque el Tranvía conectará con el Bus Eléctrico Inteligente que tiene previsto circunvalar la ciudad.
La coincidencia de esta inauguración del tranvía con el 40 aniversario de Foronda pone claramente de manifiesto la paradójica contradicción en la que se mueven los sentimientos en la sociedad vitoriana. Foronda se quiso convertir en simbolo emblemático de una ciudad que reclamaba un protagonismo en los nuevos tiempos, tras haber crecido exponencialmente en la década de los sesenta del pasado siglo, con motivo de la segunda oleada industrial. El aeropuerto llegó a contar con una inédita Asociación de Amigos, reivindicando la utilización de unas instalaciones a las que la realidad del mercado aeronáutico comercial daba permanentemente la espalda. Nunca lo sonsigió. Sin emabrgo, años después, el tranvía, a pesar de su polémica inicial, se ha convertido en uno de ejes básicos para la movilidad en la capital alavesa y símbolo de modernidad. Los niveles de bienestar de una ciudad, llegó a decir el alcalde que durante más legislaturas ha presidido la corporación municipal gasteiztarra, nunca se miden por la presencia de un aeropuerto. Eso no impide sostener en defensa de Foronda que, por su emplazamiento y potencialidad de prestaciones, es el mejor de Eukadi, aunque los intereses comerciales de la compañías aéreas y las exigencias del mercado tengan otro mapa de vuelos.