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Brillante temporada
Alavés y Baskonia generan nuevas ilusiones en el aficionado
Deportivo Alavés y Baskonia han superado todas las expectativas realizadas a comienzo de temporada y afrontan objetivos que se situaban en el terreno de los sueños inalcanzables.
La opinión pública, invadida frecuentemente con noticias de incertidumbre económica y desconcierto político, encuentra en el Deportivo Alavés y Baskonia un contrapunto a la desazón.
Los aforos de Mendizorrotza y Buesa Arena, testigos recientes de trayectorias erráticas y balances adversos, vuelven a respirar con un cierto entusiasmo.
Las acciones albiazules cotizan al alza en el Ibex-20 de la Liga Adelante. Los baskonistas se han hecho un hueco en el parqué del top 16 europeo y no dudan en presentar una opa hostil a la Copa en A Coruña.
La euforia incontrolada no se aconseja, sin embargo, en las finanzas, ni tampoco en el deporte. Las manos fuertes de los cuidadores encargados de mantener las cotizaciones, Bordalás y Perasovic, huyen de toda especulación en sus exposiciones.
No hay que retrotraerse mucho en el tiempo para recordar que hace cinco años una prima de riesgo amenazaba la existencia de un Alavés sometido a la Ley Concursal y en Suspensión de Pagos, mientras el Baskonia se descolgaba de los primeros puestos en el escalafón de las competiciones, tanto domésticas como europeas.
No es fácil embridar el optimismo cuando se lidera una convulsa segunda división de fútbol tras el ecuador de la competición, ni controlar el apasionamiento al salir victoriosos, tanto en casa y como a domicilio, frente equipos con títulos de crédito continental. Siempre puede haber un Walter Hogde en la bancada que saque a relucir los colores de un cas-flow.
El triunfalismo y la depresión suelen conjugarse con demasiada facilidad en el deporte como mercancía de consumo. Nadie habría imaginado en pretemporada llegar a Carnavales con el Alavés y Baskonia en estos altos niveles competitivos. Hoy, con el entierro de la Sardina, y a punto deshojar el miércoles de ceniza en el calendario, un susurro recorre el alma de los aficionados; tiempo de cuaresma, tiempo de abstinencia; prohibido hablar de títulos y ascensos para que no se rompa el hechizo.