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historia y patrimonio

PATRIMONIO

El Camino de Santiago en su tramo alavés, la ruta menos conocida

Con Álava Medieval descubrimos curiosidades del primer tramo del peregrinaje Jacobeo en tierras alavesas entre el túnel de San Adrián, en la muga con Gipuzkoa, y Agurain

  • CAMPANARIO. ZALDUONDO. ALAVA.

    Vista de Zalduondo desde el campanario de la iglesia de San Saturnino.

    11:20 min
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El Camino Vasco del interior conecta las vías de peregrinación francesas con Gipuzkoa a través de Irun, tras atravesar el valle  guipuzcoano del Oria penetra en Araba a través del túnel de San Adrián. Este paso natural excavado por el agua durante millones de años, ubicado entre los montes Aitzgorri y Aratz, a lo largo de la historia  fue una verdadera frontera entre alaveses y guipuzcoanos. Para llegar al alto de San Adrián, el caminante sigue una calzada medieval de piedra construida durante el siglo XII.

En los grabados antiguos se pueden ver algunas de las estructuras que se construyeron en este túnel de piedra y que hoy en día sólo son ruinas. A la izquierda de la entrada del paso había un castillo, cuya torre del homenaje rivalizaba con la majestuosidad de la roca. Hacia el interior se prolongaba la fortaleza, que podía acoger hasta 500 soldados. Junto a la boca, existía una posada con taberna para el reposo de los peregrinos que habían llegado hasta allí tras un duro ascenso de dos horas, y en el interior, existía una ermita dedicada a San Adrián que aún sobrevive, aunque se rehízo por completo en el siglo XX.

Este punto era uno de los hitos que más llamaban la atención a los viajeros que se adentraban por el camino alavés, y de ello dejaron constancia en sus escritos y diarios a lo largo de los siglos. En el descenso del paso de este mítico paso el camino alavés se bifurca. La opción más habitual era llegar hasta Zalduondo, primer pueblo que ofrecía un descanso al peregrino, para continuar después hasta la villa amurallada de Agurain. Otros viajeros preferían bajar hasta Araia para unirse al camino a la altura de Egilaz, enlazando así con la calzada romana que seguía hasta Salvatierra. Pero en el siglo XVI se hizo popular otra alternativa, la que dejaba a un lado esta villa y se adentraba en Llanada Alavesa a través del concejo de Galarreta conectando después con el camino principal a la altura de Vitoria-Gasteiz. Este ramal se hizo popular porque Agurain cogió fama de cobrar excesivos impuestos a los viajeros. Cualquiera de las tres opciones adentraba al peregrino en los bellos parajes de Lautada.