Cerrar

historia y patrimonio

PATRIMONIO

En el Cerro de la Mota está la ermita del Santo Cristo y a sus pies, Labastida

En el centro del altar mayor se encuentra la talla del Cristo Crucificado que despierta mucha devoción y cariño entre los vecinos y vecinas de esta villa de la Cuadrilla de Rioja Alavesa

  • Este templo-fortaleza hasta 1602 fue la parroquia de esta villa de Rioja Alavesa.

    Este templo-fortaleza hasta 1602 fue la parroquia de esta villa de Rioja Alavesa.

    18:25 min
imagen player
imagen player
imagen player

La ermita del Santo Cristo se encuentra en lo alto del Cerro de la Mota, en la parte más antigua de la población. Es un templo fortaleza porque debido a su ubicación privilegiada cumplió funciones, tanto religiosas, como defensivas. Hasta el año 1602 fue la parroquia de esta villa de Rioja Alavesa, momento en el que esa condición pasó a la iglesia de Santa María de la Asunción.

Debido a su emplazamiento en lo alto de una colina y a la sucesión de etapas constructivas, los cimientos de la fábrica habían comenzado a desplazarse, de tal forma que corría peligro toda la estructura. Durante las obras de restauración de 1993 y 1994 se realizó una excavación arqueológica que sacó a la luz parte de la historia oculta del edificio, poniendo de relieve las distintas etapas de construcción a las que había sido sometido. Así, se descubrió que en origen se había levantado un templo prerrománico de pequeñas dimensiones en ese mismo lugar, del cual sólo quedaba parte de la cimentación. Además, de este mismo período apareció una necrópolis adosada a la iglesia. Sobre las ruinas de este edificio se erigió el templo románico, del cual todavía es bien visible la majestuosa portada y gran parte de la planta basilical. También los canecillos que hay sobre la portada son de este mismo período, aunque fueron reubicados allí tras la reforma gótica, puesto que probablemente estuvieran ubicados en origen en la cabecera del templo.  En el siglo XIV se procedió a ampliar de nuevo la iglesia reconvirtiéndola en templo-fortaleza, recreciendo los muros hacia lo alto y rematándolos en almenas. Sin embargo, la iglesia gótica tuvo que sufrir un incendio entre finales del siglo XV o principios del XVI, puesto que apareció un nivel de incendio durante las excavaciones arqueológicas que fue datado gracias a la aparición de monedas del período. Tras este desastre se procedió a la restauración del templo, rematando el antiguo almenado y sustituyéndolo por la actual cornisa, eliminando así el primitivo aspecto militar que tuvo la iglesia. También se modificó la cabecera, adaptándola al gusto del gótico tardío.