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Tribunales

La madre de Alicia no respondió a un requerimiento sexual del acusado

Continúa el juicio en la Audiencia Provincial de Álava por la muerte de la pequeña Alicia, el bebé de 17 meses que fue arrojado desde una ventana de la calle Libertad, en la capital alavesa.

El autor confeso de los hechos, Daniel Montaño, ha manifestado ser un "trabajador de la luz" y haber cometido los hechos para evitar el fin del mundo. La madre de Alicia, Gabriela, también víctima al igual que la niña, ha relatado en el juicio que, cuando conoció al acusado, su comportamiento era normal y nada le hizo sospechar hasta esa noche. MIentras dormía junto a su hija Alicia, el acusado le hizo un requerimiento sexual que ella ignoró. Para Gabriela ése fue el detonante de lo ocurrido.

Hubo golpes, puñetazos, patadas. Ella explica que Daniel Montaño le decía "te voy a matar hija de puta", "todas sois iguales". El asesino rompió de un puñetazo uno de los cristales del balcón y lanzó a la pequeña Alicia. Más tarde trató de hacer lo mismo con Gabriela pero ella pudo zafarse y evitarlo. Se defendió hasta que llegó la Policía. Para el abogado de la Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acusación popular, el testimonio de la madre ha sido desgarrador y en él se ha puesto en evidencia la escasa edad -ha dicho- que tenía, que era una niña; sin medios económicos ni familiares, que se encontraba sola. José Miguel Fernández asegura que, por desgracia, éstas son las víctimas que quieren este tipo de asesinos.

El acusado, en su declaración, ha dicho haber arrojado a la niña por la ventana porque vió odio en su mirada y para "acabar con el diablo". Su abogado Martínez Guevara mantiene como defensa la enajenación mental, aunque para la acusación popular todo es una gran pantomima. El abogado de la defensa explica que el autor de los hechos vive en un mundo de delirio y alucinaciones y que entiende que ha sido "un enviado de Jesucristo". El representante de la Asociación Clara Campoamor ve en el relato "una gran película" en la que la crítica son los peritos forenses que dictaminarán si es real o no. José Miguel Fernández insiste en que es una pantomima total. Está previsto que el juicio finalice el 12 de septiembre, tras lo que llegará el veredicto del jurado popular y la sentencia del magistrado Poncela.