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¡Qué triste es la despedida...!

E.O.

EITB

Río Grande, 1.800 metros sobre el nivel del mar.

Las noticas de Maika aún resuenan en Valle Hermoso. La navarra dejó huella en su corta estancia en la aventura, pero no fue suficiente para que sus compañeros se apiadasen de ella. La dura prueba de Río Grande dejó bien a las claras quién era cada cual, por lo menos físicamente y la singular forma física de Maika le pasó factura ante una rocosa Aitziber que dejó bien claro que sólo tiene una cosa en su cabeza: los 6.962 metros de la cima más alta de América. Aunque no es menos cierto que su descuido con la eslinga a punto estuvo de costarle un disgusto; primera lección: la eslinga te puede salvar la vida en una aventura de montaña.

La despedida de la cocinera fue dura para algunos, pero sin duda mucho menos que la colección de sorpresas que Julian les tenía reservadas a su llegada. Sin tiempo a situarse en su nuevo hogar Julian les dio la primera en la frente: por supuesto no todos van a tener el privilegio de atacar la cumbre del Aconcagua - como diría Juanito Oiarzabal-, pero alguno ni tan siquiera van a poder verl el Centinela de Piedra. En la primera fase de la aventura los 16 participantes, 15 después de la marcha de Maika, tendrán que competir entre ellos para poder ver el Aconcagua y cada semana uno abandonará el programa.

Además, los mejores avanzarán y dormirán calientes en las tiendas mientras que los que no superen el tiempo establecido por el programa en las pruebas se enfrentarán a las nominaciones y a las incomodidades de vivaquear.

Desde el mintuo 1 de la aventura los expedicionarios se han dado cuenta de que esto va muy en serio y ellos mismos han puesto el listón quizá demasiado alto: no tienen piedad con nadie y eso es un arma de doble filo.

Mientras se lleva a cabo la dura criba de la primera fase, Juanito Oiarzabal, ajeno a todo y enfadado para variar, espera a mucha más altura la llegada de su nueva expedición. No tiene ni idea de cuántos participantes hay en esta nueva aventura y mucho menos que a miles de kilometros de Euskal Herria un montañero muy especial apura su preparación para intentar hacer cumbre en el Aconcagua. Juanito podría esperar la llegada de cualquiera, pero seguro que nunca podría esperar la llegada de un montañero tan atípico como Mikel Goñi que, por cierto, no lo va a tener nada fácil. De entrada, el doctor que le ha realizado las pruebas de aptitud le ha diho que en el estado en que se encuentra no hará cumbre seguro.