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Resumen del undécimo programa
Los guanacos pueden con Korta y con Manu
EITB
El capitán no ha podido con la presión y el vacío de sus compañeros.
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José Luis Korta en 'El Conquistador del Fin del Mundo'. Foto: EITB
El programa de ayer será recordado para siempre por las lágrimas de Korta, sollozando en muchos momentos, en el momento de anunciar a Julian su decisión de abandonar el programa. El mítico capitán no ha podido con la presión y el vacío de sus compañeros. La situación se acabó de enrarecer tras el último juego de inmunidad. Korta levantó la voz a Vir y el equipo verde se revolvió contra Korta con una virulencia que antes no habíamos visto. Yeray se tiró a su yugular y, en el campamento, el equipo de los Guanacos hizo el vacío total a Korta, que se resistía a perder el vínculo e intentaba establecer una conversación con sus pupilos. Fue en vano. Pasaron completamente del "viejo" líder y Korta dijo basta. Pasó la peor noche desde que empezó la aventura hace 8 años en Patagonia, rumiando su difícil decisión y, por la mañana, anunció su retirada. Nunca antes Korta se había retirado ni se había rendido pese a los numerosos conflictos en los que se ha visto involucrado. Pero Jose Luis es una leyenda y como tal su figura aparece más grande, si cabe, que cuando celebra cualquiera de sus múltiples victorias con una sonrisa entre los dientes.
El tiempo y los espectadores juzgarán a los Guanacos. Yeray, Patxi, Vir e Ibon celebran, liberados, la decisión de Korta como la mejor de todas las que ha tomado hasta ese momento en el programa. Veremos cómo evoluciona el grupo. De momento Patxi se ha librado de irse a casa tras un nuevo duelo de eliminación. El ertzaina acabó fácilmente con Manu. Patxi estuvo más metido en el duelo desde el comienzo, en la subida del cañón, y a la hora de liberar el banderín de su mosquetón. Manu, por el contrario, subió muy lento y por el peor camino y, además, fue incapaz de soltar el banderín del mosquetón y la cuerda que lo soportaba. Mala suerte y para casa. De una tacada dos oriotarras abandonaban la aventura, pero de forma completamente diferente.
En el Juego de Inmunidad volvimos a asistir a una demostración táctica de Lujambio y los suyos. Hicieron un túnel estrecho y largo que acabó encontrando un agujero en el Volcán Blanco bordeando la estructura de madera que lo sustentaba. El toque ingenioso consistió en desdoblar la cuerda para hacerla más larga y ayudar a subir a todos los integrantes del equipo. Chapeau para los Cóndores. La victoria fue acompañada de un premio de doble filo. Una gallina y unos polluelos que acabaron muertos e hicieron perder la mitad de la comida, como castigo, a los ganadores del juego.
Goñi, mientras, asumió con resignación su segundo puesto y confío su suerte a Manu. Lástima que el remero de Orio se encontrara en el cara a cara con Patxi y con un mosquetón rebelde.