'Los desafíos de ETA II', en 'Transición y Democracia'

Este jueves se emitirá el noveno capítulo de la serie 'Transición y Democracia en Euskadi' , la segunda parte de Los desafíos de ETA , a las 22:15 horas. Las fuerzas de seguridad del Estado se vieron implicadas en los años de 1976 a 1981 en una dinámica de violencia social para la que no estaban preparadas. Los años que precedieron a la proclamación de la Constitución fueron los más negros: proliferaron los excesos cometidos en la defensa del orden público por estos cuerpos y fuerzas de seguridad, que encabezados por mandos procedentes del anterior régimen, estaban habituados a una concepción militar de su cometido, y, en consecuencia, optaban por estrategias represivas fundadas en una violencia indiscriminada.

Entre 1976, con los sucesos de marzo de 1976 de Vitoria, y el 'verano caliente' de 1978, la actuación policial en materia de orden público se caracterizó por una gran descoordinación y desorientación que se intentó subsanar mediante la aplicación de una represión indiscriminada, propia del anterior régimen. La llegada al Ministerio del Interior de Juan José Rosón imprimió más rigor a la coordinación entre los diversos organismos e instituciones con responsabilidad en la materia, lo que condujo a la creación del Mando Único para la Lucha Antiterrorista; mejoró la coordinación y actuación de los servicios de inteligencia e incrementó la política de sustitución de mandos sospechosos de mantener posiciones ultraderechistas.

Todo coincidió, además, con las primeras constataciones de que la capacidad operativa de ETA militar había llegado al límite en el País Vasco, pues la cifra record de asesinatos de ese año, con 79 víctimas, a las que deben unirse 5 más ocasionadas por la rama político militar y 10 por los CAA, no volvería a alcanzarse nunca más.