Cerrar

Reportajes

Reportajes

Reportajes

Reportaje

¿Sabíais que Pavarotti se negó a cantar una canción de "Gladiator"?

EiTB

El genio de la ópera pensó que sería "una simple película de romanos", que no iba a estar a la altura de su grandeza como tenor, pero el éxito que tuvo finalmente le hizo arrepentirse.

  • Fotograma de la película "Gladiator"

    Fotograma de la película "Gladiator".

La banda sonora favorita de muchos es la de Gladiator, una partitura épica y espectacular, que fue nominada al Oscar de mejor banda sonora, y que está entre los discos más vendidos de la historia, de música de cine. Y eso que esta música fue acusada de plagio.

El compositor principal de Gladiator se llama Hans Zimmer y fue acusado en los tribunales de haber plagiado en su banda sonora la suite de Los Planetas, de Gustav Holst. La demanda fue interpuesta por los herederos de Holst, acusando a Zimmer de plagiar sobre todo el primer movimiento de la suite, titulado Marte: el portador de la guerra. Y es verdad que las dos partituras suenan muy guerreras. Tanto que la música de Gladiator fue interpretada, en directo, en dos finales de la Champions League, justo antes del partido, para ir dando ambiente al encuentro.

La demanda contra esta música fue finalmente desestimada por los jueces, por no parecerse lo suficiente a Los planetas de Holst. Y otro dato curioso es que la música de Gladiator pudo haber sido cantada por Luciano Pavarotti. Y es que a este genio de la ópera le ofrecieron cantar una canción de la banda sonora, pero Pavarotti rechazó la oferta.

Se negó porque, cuando le ofrecieron trabajar en el film, Pavarotti pensó que sería "una simple película de romanos", que no iba a estar a la altura de su grandeza como tenor. Pero el éxito que tuvo finalmente Gladiator le hizo arrepentirse, llegando a decir que su negativa fue, sin duda, "el mayor error" de su carrera. ¿Se imaginan la música de Gladiator con la voz de Pavarotti?

Vamos con otra mítica banda sonora: la de El padrino. La compuso Nino Rota, un auténtico genio que, además de trabajar para el cine, también escribió 3 sinfonías y 11 óperas. Y compuso su primera ópera con 13 años. Pero ninguna de sus óperas es, hoy en día, tan famosa como la música de El padrino.

Curiosamente, Nino Rota estuvo a punto de ser despedido por el productor de El padrino, Robert Evans. Porque, a Evans, la música de Rota le parecía "demasiado antigua". Pero el director y guionista del film, Francis Ford Coppola, salió en defensa del músico y amenazó con dimitir, a mitad de rodaje, si despedían a Nino Rota. En ese pulso entre el director y el productor, ganó el director. Y con el respaldo de Coppola, el milanés Nino Rota acabó ganando el Oscar de mejor banda sonora, pero no por El padrino 1, sino por El padrino 2. ¡Y eso que ambas películas usan, prácticamente, las mismas melodías!

Pero cambiamos ahora de melodía para hablar de otra banda sonora: la música de El tercer hombre. Y el hombre que la compuso tuvo una vida "de película", porque pasó de la extrema pobreza a ser millonario, gracias a este film.

Se llamaba Anton Karas, nació y vivió en Viena, donde se rodó El tercer hombre, y era un músico que tocaba la cítara. La tocaba en fiestas y en bares, sobreviviendo a duras penas en la Viena de posguerra, arrasada por las bombas de la Segunda Guerra Mundial. Hasta que una noche, por pura casualidad, en el bar donde estaba tocando el humilde Karas, entró a tomar algo Carol Reed, el director de El tercer hombre. Y al escuchar la cítara de Anton Karas, el bueno de Reed pensó que ese sonido era perfecto para su película.

"Apadrinado" por Carol Reed, el humilde Anton Karas grabó su música para el film y el disco fue un rotundo éxito de ventas. De hecho, ¡tuvo más éxito que la película! Y así, de tocar en bares de mala muerte, Karas pasó a ser invitado a interpretar su música en salones y palacios de la alta sociedad, llegando a dar un concierto privado para el Papa. Entre conciertos y ventas de discos se hizo millonario, pero se quedó a vivir en su Viena natal, con sus amigos de toda la vida. Y le llamaban "El hombre Cenicienta", por lo repentinamente que se enriqueció.