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Bilbao BBK Live

Segundo día

alt-j y Ben Harper brillan en la segunda noche del Bilbao BBK Live

Natxo Velez | eitb.eus

Los ingleses y el músico californiano sobresalieron cada uno en su estilo, en una noche en la que Jesus & Mary Chain ofreció una actuación en la que interpreto íntegramente su disco “Psychocandy”

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El Bilbao BBK Live proponía ayer un nutrido y variado programa para su segunda noche: el cabeza de cartel oficial de la jornada era el histórico grupo escocés The Jesus and Mary Chain, quienes interpretaron su icónico disco Psychocandy de forma completa en el escenario principal. Aún así, fueron dos viejos conocidos del festival que figuraban en letras más pequeñas en el cartel quienes, cada uno en su estilo, colmaron en su segunda visita a Bilbao las expectativas de la mayoría de los congregados en el monte Kobeta,

El cartel del día hacía presagiar una jornada de contrastes en los cinco escenarios del recinto (rock, pop, rap…), y realmente hubo de todo durante el segundo asalto del Bilbao BBK Live. Los encargados de darnos la bienvenida fueron Nazca, ganadores del concurso de maquetas de Gaztea, quienes disfrutaron con ilusión su premio: poder actuar en el escenario principal de la cita.

A continuación, nos dirigimos en busca de alguna de esas agradables sorpresas que suele brindar el festival (recuerdo oportunidades para descubrir sin apreturas en los conciertos vespertinos a The Gaslight Anthem, Stone Sour o Vetusta Morla en anteriores ediciones) con la vista puesta en los escoceses We Were Promised Jetpacks; el estímulo para la corazonada habían sido las buenas sensaciones otorgadas por su canción “Quiet Little Voices”.

La banda presentó ante la escasa audiencia propia de los primeros recitales un pop rock agradable con reminescencias indie no exento de algún ramalazo más agresivo que les hizo conectar con el público. Demostraron que son capaces de crear melodías verdaderamente efectivas, aunque resultaron aún tan agradables como inofensivos.

Acto seguido, llegó en el escenario principal el turno de la propuesta más alejada de cualquier uniformidad estilística que se le pueda dar al festival, la de la cantante rap Azealia Banks, que tomó el escenario plena de energía al grito de “I wanna be free”. Acompañada en varios tramos de la actuación por una pareja de bailarines y flanqueada por un DJ, desgranó su propuesta en la que no pudo faltar el éxito “212”. Se comulgue o no con ellos, en cualquier caso, son de agradecer estos aires diferentes en la programación.

James Bay recogió el testigo de Banks desde el segundo escenario, luciendo su habitual sombrero, para dar uno de los mejores conciertos del día y de lo que llevamos de festival. El joven británico arrancó su propuesta con un tono intimista que fue madurando hasta conseguir un sonido redondo con regusto a rock clásico en el que sobresalía su portentosa voz y su nada desdeñable aptitud a la guitarra. El carismático frontman se atrevió con una bluesera adaptación de “If I Ain't Got You”, de Alicia Keys, y sembró el terreno para reclutar un bueno número de espectadores que ayer se quedaron con ganas de más en una futura e hipotética visita a una sala.

Cabezas de cartel oficiales y oficiosos

The Jesus and Mary Chain ofrecieron lo que se esperaba de ellos en un más que correcto concierto de una hora justa: distoriones satudarísimas en temas que escupían sin tregua y melodías cantadas por Jim Reid intrincadas en desasosegantes muros sónicos. Huelga decir que, como corresponde a un grupo que fue precursor del movimiento shoegazing, o lo que es lo mismo, tocar mirándote a los pies, no se esforzaron demasiado en intereactuar con el público.

The Jesus and Mary Chain Argazkia: MusicSnapper

La de los escoceses resultó ser la actuación de un cabeza de cartel que se recuerda que menos gente ha atraído al escenario principal del festival. Aún así, esta circunstancia no tiene por qué ser mala en sí misma, todo depende de los objetivos y las expectativas. Ya decía el personaje interpretado por Edward Norton en la premiada Birdman que “la popularidad solo es la cuñada guarrilla del prestigio”.

Tras la descarga de The Jesus and Mary Chain, a alt-j se le quedó pequeño el segundo escenario, en el que desplegaron un apabullante juego de luces. Su propuesta, original, novedosa y percusiva -increible, la exhibición del batería Thom Green-, puso a bailar y cubrió de envolventes atmósferas a la muchedumbre apostada a pies del escenario. Lograron elevar su techo dos años después de su primera visita al Bilbao BBK Live. ¿Hasta dónde van a llegar?

Mientras tanto, los bilbaínos Zea Mays pusieron patas arriba la carpa. Sabedor de estar jugando en casa, el cuarteto se pegó un homenaje en el que cupieron tanto canciones de su más reciente disco, Da, como otras canciones que ya son inamovibles en su repertorio. Los botes del público congregado, que llenó el espacio, pusieron a prueba la estructura del tercer escenario.

De vuelta al escenario principal, nos volvimos a reencontrar con Ben Harper. El inquieto e impredecible artista (ha grabado discos con su madre, con la banda rock Relentless7 o con el coro gospel Blind Boys of Alabama, por ejemplo) volvía a la ciudad rodeado de sus viejos amigos The Innocent Criminals para ofrecer un concierto que terminó siendo prodigioso.

Harper dio la primera en la frente con “Burn one down”, que quedó un tanto deslucido, al igual que la primera media docena de canciones, por el deficiente sonido; esa es la única objeción que se le puede poner al show.

Ya fuera mientras Harper actuaba de pie, guitarra eléctrica o acústica en ristre, o con la lap steel guitar apostada sobre el regazo, el grupo, en el que sobresale el enorme bajista Juan Nelson, relizó un fabuloso repaso de sus clásicos: “Burn to shine”, “Glory & consequences”, “Steal my kisses”, la balada “Diamonds on the inside”, con la ayuda del público a las voces, una emocionante versión de “Roses to my friends”, el reggae juguetón “With my own two hands”…

ben harper argazkia: musicsnapper

Ben Harper, "With my own two hands". Argazkia: MusicSnapper (Last Tour)

Harper finalizó después de una hora larga de actuación dejando al público acariciando el cielo con una majestuosa interpretación de “Amen omen”. Emocionado, el grupo volvió al escenario a regalar otro último tema: “Better way”.

Hoy, Kobeta mendi se moverá al ritmo que dicte Muse. Y nosotros os lo contaremos mañana.