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Estreno europeo

Snowden, el joven que hizo temblar la arquitectura de la opresión

Natxo Velez | eitb.eus

Oliver Stone ha presentado hoy en el Zinemaldia “Snowden”, película que cuenta las vicisitudes de Edward Snowden, exempleado de la CIA y la NSA que denunció la vigilancia masiva a civiles.

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Oliver Stone (Nueva York, 1946) ha vuelto al Zinemaldia, donde recibió en una de sus muchas visitas el premio Donostia en 2012, para presentar, en primicia europea, "Snowden", film con el que propone, a través de la historia de Edward Snowden, una reflexión en torno a la privacidad y a la apropiación que de ella hacen los gobiernos en nombre de la seguridad.

Edward J Snowden, trabajador de la CIA y la NSA, Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, renunció a su futuro, a su carrera y a su relación con su novia por intentar abrir los ojos al mundo ante la utilización de los datos realizada por las agencias de espionaje. Para ello, divulgó un gran número de documentos clasificados, lo que le ha llevado a vivir en la clandestinidad, refugiado en Rusia.

Stone sale airoso del reto de contar en imágenes de una forma ágil tal acontecimiento histórico y todos sus detalles técnicos y burocráticos, y hace plantearse al espectador su relación con la tecnología y el rastro digital que deja de su vida. La historia nos lleva a la encrucijada de plantearnos si verdaderamente estamos disfrutando libremente de nuestra privacidad o, bajo el yugo de la amenaza terrorista global, vivimos en un nuevo mundo en el que la privacidad se ha convertido en un privilegio, y no un derecho.

En ese sentido Oliver Stone ha puesto su grano de arena en una entretenida película para que Edward Snowden, que dice haber pasado de trabajar para el Gobierno a hacerlo para la gente, haya avanzado hacia su objetivo, que no es otro que hacernos reflexionar, a costa de su libertad y su vida.

"La administración Obama ha llegado más lejos que la Stasi"

El director estadounidense, flanqueado ante los periodistas por los protagonistas del film Joseph Gordon-Levitt (Edward Snowden) y Shailene Woodley (Lindsay Mills, novia de Edward),  ha declarado tras la proyección que, como muestra en la película, la administración Obama, que prometía trabajar por la libertad en Internet, ha hecho el camino contrario: "Parecía un hombre íntegro, pero cinco años después de su elección, Snowden hizo lo que hizo porque resultó ser todo lo contrario; Obama ha creado el estado de vigilancia global más grande que se puede concebir, más allá de la Stasi -la inteligencia de la antigua RDA-", ha denunciado.

El director de "Platoon" o "JFK" ha lamentado que ningún candidato a las próximas elecciones de EEUU haya hablado de vigilancia global, y mucho menos del caso Snowden, y ha pedido a Obama que aproveche los meses que le quedan de mandato para tener "un gesto de misericordia" y perdonarle.

En este sentido ha recordado que lo que pide Snowden, actualmente asiliado en Rusia, para volver a Estados Unidos es un juicio justo, poder defenderse en público y abordar las cosas que hizo.

Oliver Stone Joseph Gordon-Levitt Zinemaldia Efe

El cineasta que ha criticado en sus películas desde la guerra de Vietnam, al capitalismo de Wall Street o el papel de Estados Unidos en América Central plantea ahora el debate de la seguridad frente a la libertad, y en ese sentido toma postura: el terrorismo "es la excusa", y de lo que realmente se trata es de "control económico y social".

"Esa idea de sacrificar las libertades civiles en aras de la seguridad, los alemanes también la escucharon en los años 30; lo primero que hicieron fue decir 'estamos aquí para protegerles y necesitamos su lealtad'", ha alertado el cineasta.

"Esa es la muerte de la libertad y el comienzo del totalitarismo", ha proseguido; "cambiar todas las reglas en nombre del terrorismo es una respuesta extrema, hay que estar alerta ante los fascistas y tiranos que vienen diciendo que nos van a proteger; yo no quiero ese tipo de protección", ha rematado entre los aplausos de la sala, aplausos que se han unido a los del final de la película en la que una multitud aplaude al Edward Snowden real al finalizar una charla que las circunstancias obligan a dar desde una pantalla de plasma. Irónicamente, esa pantalla de plasma que algunos  poderosos usan por miedo a los demás y otros se ven obligados a usar por el miedo que generan en los poderosos.

los poderosos.