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Reportaje de eitb.com

El estrés, consecuencia de la rutina del siglo XXI

El 28% de los hombres y el 39% de las mujeres del Estado tienen estrés con frecuencia. Los expertos recomiendan no crear situaciones irreales y hacer frente a los problemas.

Amaia Akordagoitia

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El estrés es una respuesta emocional que, si se repite con excesiva frecuencia, intensidad o duración, se convierte en una patología psíquica que puede tener a su vez reflejos físicos. Sin embargo, las obligaciones del día a día, hacen que cada vez haya más gente que padezca ansiedad o estrés.

Aunque el trabajo y la rutina diaria pueden ser motivo de angustia, existe una amplia variedad de detonantes como la familia, la salud, los acontecimientos vitales como un divorcio o estar sin trabajo, o los problemas económicos. En el Estado el 28% de los hombres y el 39% de las mujeres afirman tener estrés con mucha frecuencia. De hecho, un 14,5% de los trabajadores presenta problemas de insomnio, un 14,1% dolores de cabeza y un 12,3% cansancio o agotamiento.

Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el perfil de las personas que tienen más estrés son mujeres de entre 18 y 44 años, que normalmente duermen muy poco, son fumadoras y que tienen hijos pequeños o adolescentes. Además, es más habitual en habitantes de zonas urbanas.

Proceso natural de supervivencia

"El estrés es un proceso que sufren los seres vivos en las distintas situaciones que deben afrontar cada día. Se trata de algo natural en el empeño de supervivencia y adaptación de los individuos a su medio", comenta el Doctor Antonio Cano Vindel, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid (Facultad de Psicología) y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS).

El estrés puede estar producido por las demandas del ambiente o por la interpretación exagerada de dichas demandas. Aunque se trata de un proceso normal, "en un principio surgen los primeros síntomas de activación fisiológica y malestar psicológico, que suelen producir cansancio excesivo, dificultades para dormir, tensiones musculares que pueden llegar a provocar contracturas, dolores de cabeza, hombros, espalda, etc., así como un estado más intenso y permanente que lo habitual de ansiedad o nerviosismo y agotamiento".

Si se mantiene demasiado tiempo, puede comenzar un proceso patológico, que puede afectar al rendimiento, a la salud física y a la salud mental. Si se van cronificando, pueden aparecer ya los primeros trastornos, más serios que los síntomas iniciales, como por ejemplo los desórdenes psicofisiológicos.

"Ejemplo de estos desórdenes son la hipertensión, las arritmias, la enfermedad coronaria, el intestino irritable, la úlcera, el asma, la soriasis, el acné, el eczema y otras enfermedades de la piel, las cefaleas tensionales, los dolores crónicos, las disfunciones sexuales o la infertilidad, etc.", explica el Doctor.

Remedios

A veces tendremos que acudir a más de un especialista, pero "sería conveniente que siempre hubiera un psicólogo especializado en ansiedad y estrés, pues es el profesional que mejor ha estudiado los aspectos cognitivos sobre cómo se va generando el problema de la ansiedad y el estrés", matiza Cano Vindel.

De cara a la prevención del estrés, lo primero que recomiendan los expertos es la información. "Si una persona está sometida a estrés y no tiene información, puede generar explicaciones poco realistas sobre lo que le está sucediendo y con ello magnificar las consecuencias del proceso que está viviendo", comenta el Doctor.

En segundo lugar, además de la información, según el Doctor, algunas personas necesitan desarrollar habilidades cognitivas, fisiológicas o conductuales, que no poseen y que son imprescindibles para manejar adecuadamente el estrés.

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