¿Qué fue del hombre con el mejor trabajo del mundo?

Aunque suene a tópico, las cosas no son lo que parecen, y un dulce puede saber amargo incluso para la persona con el "mejor trabajo del mundo".

Hace tres años, Ben Southall, un británico que entonces tenía 34 años, fue seleccionado entre más de 35.000 aspirantes para tener el trabajo a priori más deseado del mundo: pasear por la playa, nadar, viajar, irse de fiesta y vivir en una casa de lujo junto al mar en una isla paradisíaca durante seis meses con un sueldo de 110.000 dólares (83.000 euros), con la condición de que lo narrara por Internet.

Tres años después, Southall explica que la experiencia no fue tan plácida como parecía: "Trabajé mucho. Debería haberse titulado 'el trabajo más pesado del mundo'", ha declarado, entrevistado en la BBC británica.

Aunque el puesto de trabajo parecía un ardid publicitario sin más objetivo que lograr titulares de prensa, lo cierto es que el afortunado británico se lo tomó en serio y trabajó de lo lindo: "Me esforcé mucho porque tengo una ética laboral muy estricta. Hay 150.000 personas trabajando en turismo en Queensland, así que la presión era bastante alta por la responsabilidad que sentí hacia ellos".

En su puesto de trabajo, "cada día era una experiencia distinta: montar en jet ski, hospedarme en hoteles de cinco estrellas, bucear. Y luego escribir sobre todo eso". Pese a ello, no estuvo exento de riesgos. Una vez, por ejemplo, sufrió la picadura de una medusa irukandji, cuyo veneno puede ser letal.

Pese a que el trabajo le resultó "pesado", Southall añade que la experiencia fue positiva. De hecho, hoy día trabaja como "embajador turístico" del estado en el que durante seis meses tuvo el trabajo que todo el mundo sueña.