Internacional
Análisis
Francia: El espinoso debate sobre la identidad
Jesús Torquemada
El Gobierno pondrá en práctica varias medidas para "cultivar el orgullo de ser francés", algunas de las cuales pueden ser un problema para los inmigrantes.
El Gobierno francés se metió en un buen lío al lanzar el debate sobre la identidad francesa.
Se pidió a los ciudadanos su opinión sobre en qué consiste ser francés, cuáles son las señas de identidad galas. El riesgo era que se convirtiera en un debate sobre la inmigración, y en gran parte ha sido así.
Muchas de las opiniones vertidas en el foro de Internet creado por el Gobierno francés han tenido un tono racista. Han aparecido ahí todos los prejuicios que tienen muchos franceses contra los musulmanes. Cuando Sarkozy lanzó el debate, lo hizo para ganar posiciones entre el electorado más derechista; sin embargo, el asunto amenazaba con escapársele de las manos y podía acabar beneficiando más al Frente Nacional, de extrema derecha, que al partido del presidente.
A finales de marzo hay elecciones regionales en Francia y, para evitar que este tema se convierta en uno de los ejes de la campaña, el Gobierno, por boca del primer ministro François Fillon, ha anunciado ya algunas conclusiones del debate y lo ha aparcado por una temporada.
El Gobierno pondrá en práctica varias medidas para “cultivar el orgullo de ser francés”. Algunas son simbólicas, como colocar la bandera francesa en las escuelas y que los escolares canten “La Marsellesa” una vez al año. Pero otras pueden ser un problema para los inmigrantes, como la exigencia de que acrediten un determinado nivel de dominio del idioma francés o que firmen un contrato de derechos y deberes.
En otros países europeos ya se están adoptando medidas semejantes. En Alemania y Gran Bretaña, por ejemplo, ya se exige una prueba de idioma, y en Italia van a ir más lejos implantando una especie de “carnet por puntos” para los inmigrantes; si no cumplen unos requisitos, irán perdiendo puntos y podrán acabar siendo expulsados.