Economía -
Análisis
Una Europa más alemana
La moneda única no podrá seguir existiendo mucho tiempo sin una unión económica. Por tanto, es necesario que los 17 países que usan el euro coordinen sus políticas económicas lo más posible.
Jesús Torquemada
La decisión anunciada ayer por Merkel y Sarkozy de impulsar un Gobierno económico para la Eurozona va en la dirección correcta. La moneda única, la unión monetaria, no podrá seguir existiendo mucho tiempo sin una unión económica. Por tanto, es necesario que los 17 países que usan actualmente el euro coordinen sus políticas económicas lo más posible.
Para eso, sus líderes se reunirían al menos dos veces al año. Ahora bien, las reglas de funcionamiento ya las han puesto Merkel y Sarkozy, sobre todo la canciller alemana. Es un 'lo tomas o lo dejas', no parece haber margen para una discusión entre todos los gobiernos concernidos.
La prioridad es el control del gasto público, y los países del euro deberán comprometerse a ello mediante una reforma constitucional que incluya en sus Constituciones la obligación de mantener controlado el déficit público.
Es decir, Alemania impone sus tesis de disciplina presupuestaria. El que quiera estar en el euro, tendrá que ser alemán, o al menos tan disciplinado como los alemanes a la hora de llevar la economía; y el que no, fuera del euro.
Se darán ayudas, mediante el fondo de rescate, al país que pase transitoriamente por un periodo de dificultades, pero si no logra restablecer el equilibrio presupuestario, se verá obligado, tarde o temprano, a bajarse del tren del euro.
Otras propuestas de Merkel y Sarkozy son muy interesantes, como la de armonizar el impuesto de sociedades y la de imponer un impuesto a las transacciones financieras, pero habrá que ver cómo se llevan a cabo.
Todo esto, en cualquier caso, tardará varios meses, quizá más de un año, en ponerse en marcha. Puede ser una solución a largo plazo, pero no es seguro que consiga detener la tormenta financiera que sacude ahora mismo a Europa.