Economía -
Análisis
Los gobiernos tienen que parar a las agencias
Esto de las agencias de calificación clama al cielo. Tendrán que explicar porqué se deja que sean tres agencias, basadas en Nueva York y Londres, las que pongan una nota a la deuda de todo el mundo.
Jesús Torquemada
Ya están otra vez las agencias de calificación amenazando con el Apocalipsis. Moody’s bajó ayer la nota de la deuda española, pero avisó que también está a punto de quitarle la máxima calificación a la deuda francesa. Y si eso ocurre, después ya puede pasar cualquier cosa.
Esto de las agencias de calificación clama al cielo. Alguien tendrá que explicar porqué se deja que sean tres agencias, basadas en Nueva York y Londres, las que pongan una nota a la deuda de todo el mundo, tanto la de estados como la de entidades regionales o la de empresas privadas.
Pero, por otra parte, es lógico que cuando alguien quiere comprar bonos quiera saber qué posibilidades tiene de recuperar el dinero y de cobrar los intereses. Por tanto, sí que hacen falta agencias de calificación, lo discutible es el monopolio actual de esas tres. Hay que reformar ese sistema, pero eso lleva tiempo. Y el problema es que hay otras decisiones urgentes que hay que tomar ya.
Las famosas agencias, que se equivocan en tantas cosas, están acertando al advertir que la indecisión de los gobiernos europeos está empeorando las cosas. Cada gobierno dice una cosa, y no solo eso: un mismo Gobierno es capaz de decir hoy una cosa y al día siguiente la contraria. Este fin de semana hay otra cumbre europea en la que se supone, otra vez, que van a adoptar un gran pacto para salvar al euro. Si vuelven a fallar, las agencias de calificación volverán a meter la tijera.