Economía -

Análisis

¿Por qué quiere Merkel controlar el déficit aunque eso suba el paro?

La política económica que Alemania impone a Europa resulta nefasta para España, y la canciller es muy consciente de ello. Sin embargo eso no es más que un daño 'colateral' en sus planes.

Las medidas defendias por Alemania perjudican seriamente a España. Foto: Efe.
Las medidas defendias por Alemania perjudican seriamente a España. Foto: Efe.

Aitor Agirre

Whatsapp Facebook Twitter Telegram Email

Son dos las políticas a las que se está recurriendo para hacer frente a la crisis: Una, la vía Keynesiana, es la que está utilizando Barack Obama en EE. UU; la otra, la vía neoliberal, es la elegida por Angela Merkel en Europa.

El objetivo de Merkel es controlar la deuda pública, sin reparar al consecuente incremento del desempleo. El país germano disfruta de la tasa de paro más baja desde que Alemania se reunificara en 1990. Su deuda pública, sin embargo, alcanza el 82%, superior a la de España.

En EE. UU., la tasa de paro es del 9% y Obama está recurriendo a aumentar el gasto público para conseguir mantener bajo el número de desempleados; sin controlar el nivel de endeudamiento.

Lo que no muchos saben es que resulta imposible encontrar una salida común al problema del paro y de la deuda pública. Para combatir el déficit es necesario subir los impuestos y reducir el gasto público. Por el contrario, para hacer frente al paro, la receta consiste en bajar los impuestos e incrementar tanto el gasto público como la inversión, además de mantener baja la tasa de cambio para favorecer las exportaciones.

Lo cierto es que la política económica que está impulsando Alemania resulta un despropósito para Espainia. Sin embargo, el Estado está obliago a seguirla para mantenerse en el eurogrupo.

El problema: Diferente desarrollo, misma política

Este problema lo previó Robert Mundell, que recibió el premio Nobel en 1999 por su trabajo sobre las 'áreas monetarias óptimas'. En su tesis citaba los 'choques asimétricos' provocados por un sistema basado en la moneta única: según Mundell, aplicar una economía política común a países en diferentes fases de desarrollo no crea más que problemas.

Para evitar esos choques asimétricos es necesario cumplir dos condiciones: que los países compartan una situación macroeconómica parecida y que los factores de producción circulen libremente.

Las condiciones macroeconómicas para entrar en el euro se establecieron en el Acuerdo de Maastrich: la inflación, la deuda pública y el déficit público no podía superar el 2%, el 60% y el 3%, respectivamente. En lo que respecta a los factores de producción, los capitales circulan en libertad desde 1993, ayudados por la creación de un mercado común, pero no es ese el caso del empleo.

El capital humano, el empleo, no se caracteriza por la libre circulación. La oferta y la demanda no se ajustan, y prueba de ello es que en España el paro afecta al 45% de los jóvenes mientras que en Alemania hay una carencia de mano de obra joven. La ruptura de las barreras culturales y lingüísticas ayudaría a que el paro descendiese. Los programas Erasmus y Bolonia nacen de esa voluntad, pero no están siendo suficientes. El proceso va demasiado despacio.

El paro seguirá creciendo

Con todo ello, los ajustes propugnados por Merkel provocan un aumento de la tasa de paro en España. Sin embargo, la obsesión de Merkel por aplicar esas medidas de austeridad tienen una explicación: en la época de bonanza previa a la crisis, los bancos alemanes prestaron grandes cantidades de dinero a las entidades españolas para que pudieran hacer frente a los préstamos que hacían a la ciudadanía. Y ahora se encuentran con que no pueden recuperar ese dinero. Es esta la razón por la que Alemania se empeña en limpiar el sistema-financiero español.

No obstante, combiene recordad que España ha estado haciendo las cosas muy mal. En 2007, el superávit público era del 2%, y en 2009 el déficit llegaba ya al 11%. Entonces, el Gobierno negó la existencia de la crisis y fundió todo su capital inyectando dinero a la economía; una maniobra con la que creía que evitaría la crisis. Ahora, el Gobierno está obligado a reducir el déficit hasta el 3% para 2012, porque así se lo exige Europa.

Las políticas necesarias para alcanzar ese objetivo no harán otra cosas que aumentar los niveles de desempleo.

Si te interesó esto, quizá te interesen estos otros temas