Economía -

Análisis

Gran Bretaña no pagará ningún precio

Pese a su cada vez mayor aislamiento político en Europa, Gran Bretaña seguirá funcionando como hasta ahora: disfrutando de las ventajas del mercado único, pero sin asumir sus inconvenientes.

El analista internacional Jesús Torquemada. EITB
El analista internacional Jesús Torquemada. EITB
El analista internacional Jesús Torquemada. EITB

Jesús Torquemada

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El primer ministro británico, David Cameron, puede estar tranquilo. Su actuación en la última cumbre europea no le va a salir tan cara como parece.

Es verdad que su Gobierno de coalición entre conservadores y liberales atraviesa un mal momento. Los liberales son más europeístas que los conservadores y acusan a Cameron de haber dejado a Gran Bretaña aislada de Europa.

Sin embargo, es difícil que el líder de los liberales, Nick Clegg, se decida a romper la coalición y provocar un adelanto electoral, entre otras cosas porque no parece que los liberales pudieran conseguir muchos votos con una campaña más proeuropea.

Las encuestas señalan, una y otra vez, que los británicos no quieren que Gran Bretaña ceda más soberanía a la Unión Europea. Y que si tienen que elegir entre esa cesión de soberanía y salirse de la Unión, prefieren salirse de la Unión.

Así que, cuando Cameron decidió el pasado viernes vetar la reforma del Tratado de Lisboa, sabía que estaba sintonizando con el deseo de la mayoría de los británicos.

En realidad, es bastante lógica la manera de pensar de los británicos. A ellos solo les interesa el libre mercado, que los productos británicos se vendan sin trabas en Europa, pero no les interesa una cooperación política mayor entre los países europeos.

Solo quieren disfrutar de las ventajas del mercado único, pero no quieren asumir sus inconvenientes. Y como hasta ahora se les ha dejado funcionar así, pues para qué van a cambiar.

Es posible que Gran Bretaña pierda cierta relevancia política si se mantiene al margen del pacto acordado el viernes por los otros países europeos, pero no pierde ninguno de los derechos que tiene como miembro de la Unión, así que podrá seguir funcionando igual que hasta ahora: con un pie dentro y otro fuera.

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