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Entrevista en eitb.com
La Otxoa: 'Si lo exige el guión, yo hago todo'
Dos años más y José Antonio Nielfa dejará la hostelería para disfrutar de la jubilación en su casa de Buenos Aires. Pero La Otxoa nunca se va a jubilar. En 2011 sacará nuevo disco.
Bea Sever
¿Ahora estás trabajando en canciones nuevas?Sí, estoy acabando un CD nuevo que estará para después de fiestas o para la primavera.
¿Cómo es un día normal en tu vida?Mi vida es de mucho trabajo. Es levantarme, hacer cosas del bar, depende de si tengo que viajar o no, preparar pedidos, echar la siesta y volver al bar a trasnochar. Y aparte, los saraos y los compromisos que tengo.
El pub de La Otxoa sigue siendo sitio de referencia en Bilbao. ¿Qué tiene de especial?Profesionalidad, alegría y buen ambiente. La gente no viene a beber, viene a divertirse que es para lo que son los bares. Son sitios de encuentro, no la cultura que hay ahora de emborracharse y tener problemas.
¿Qué hay que hacer para que vuelva la marcha nocturna a Bilbao?Educar a la gente. Es una cosa de los políticos, pero parece que eso no les interesa.
Has conocido a artistas y personajes famosos. ¿Quién te ha impresionado más?Hay muchísima gente, Carlos Cano, por ejemplo, me impresionó muchísimo como persona humana. Estuvo en el bar tres o cuatro veces, aunque yo antes ya era muy amigo de él, por eso en este trabajo le hago un homenaje. Era un hombre tan sensible, que tenías la sensación de que estaba en los sitios como a disgusto; claro, tenía una enfermedad que le estaba comiendo. Me impresionó mucho Rocío Jurado, y Lola Flores, por su generosidad. Era una mujer generosa de los pies a la cabeza, con la gente, con su familia; era divertida, con mucho ingenio para seguir viviendo e inventarse de un día para otro, para seguir trabajando y comiendo, y llevar a su gente para adelante.
Dices que nunca te has sentido mujer, entonces, ¿por qué comenzaste a vestirte de mujer? ¿Por qué no cantar como José Antonio Nielfa?Yo lo hice por el espectáculo. No tienen nada que ver tus gustos con lo que luego te sientas. Yo vivía en Barcelona, a finales de los años 60, y allí había mucha cultura del transformismo, los transexuales que venían de París, y había cantidad de locales donde había este tipo de espectáculos. Había, por ejemplo, un local en la calle Escudeller, donde estaba todo el carrusel de París, con mujeres maravillosas que eran hombres. Y luego estaba Barcelona de Noche, que aunque lo prohibía la dictadura, estaba el típico showman que jugaba con el hombre y la mujer, con pantalones anchos, casacas... A mí, que fui a aprender a cantar a una academia de allí, me parecía muy aburrido cantar como Raphael o como Camilo Sesto, que eran los cantantes de la época. Yo quería dar más. Al ver aquel tipo de espectáculos y aquellos personajes, nació el personaje de La Otxoa. Además era bastante tímido. Salir con un esmoquin y cantar cuatro canciones me costaba muchísimo y, sin embargo, a la hora de ponerme la peluca, el maquillaje y todo esto, toda mi timidez desaparecía. Pero antes de ir a Barcelona, empecé cantando como José Antonio Nielfa. Me presentaba al Festival de Olazagutía, a la Radio Cadena de Eibar... Tengo montones de actuaciones como José Antonio Nielfa, antes que La Otxoa.
¿De dónde sacaste el nombre de La Otxoa?De un bar de San Francisco donde trabajaba yo de crío. Todo el mundo me conocía por Otxoa, "el chavalito ese del Otxoa". Pues ya cuando fui artista, si me conocía por ese nombre todo el mundo, ¿para que me iba a cambiar? Ya tenía el trabajo hecho.
¿Cómo recuerdas tu niñez en Bilbao?Maravillosa. Con una familia que nos hemos querido muchísimo y con unos padres trabajadores que me adoraban, con un Bilbao estupendo, con una gente maravillosa, con un calor humano increíble, donde nos conocíamos todos. En mi barrio, en San Francisco, que era con el Casco Viejo y la Gran Vía lo mejor de Bilbao, te ibas al Vizcaya al cine, o al Liceo, o al Colón, y te ibas con los vecinos y veías tres sesiones. Éramos como una familia. No tiene nada que ver con el Bilbao de ahora.
En tus comienzos incluso hiciste streeptease dentro de tu espectáculo. Sí, tenía una canción que acababa el espectáculo desnudándome.
¿Lo harías ahora?¿Por qué no? ¡Si sigo manteniendo el mismo cuerpo! Si lo exige el guión, yo hago todo. Si es bonito, ¿por qué no?
¿Nunca te ha costado andar con tacones?Fíjate que yo jugaba al fútbol, porque yo, cuando me gusta algo, soy un fanático, y el fútbol me gustaba con locura y jugaba muy bien, además. Y pasé de las zapatillas de fútbol a los zapatos de tacón sin haberme puesto tacones nunca, y nunca me han cansado, ni me molestan y los he llevado de maravilla. Encima, dicen las señoras, que son muy entendidas, que tengo unas piernas maravillosas. O sea, que con el fútbol no se me estropearon para nada.
¿Dónde compras la ropa de La Otxoa?Me la hago. Normalmente donde más me hacen es en Barcelona, porque hay más cultura de ello, porque tienen el Paralelo. Barcelona ha sido, en cabaret, de lo más importante: El Molino, el Apolo, el Teatro Español, el Victoria, el Arnau, cantidad de teatros y de cabaret. Allí hay mucha gente especializada.
¿En algún momento has tenido la tentación de quedarte en Madrid o en Barcelona?Yo estoy entre Madrid y Bilbao, porque tengo casa en Madrid. He vivido en Torremolinos y en París, donde he estado cantando hace dos años, y en Barcelona viví diez años, pero le diagnosticaron una enfermedad muy grave a mi ama, que murió de cáncer, y me vine para aquí porque tenía que cuidar de mi padre, con 51 años. Pero sigo yendo a Barcelona.
También tienes casa en Buenos Aires. ¿Piensas jubilarte allí?Tengo casa en Buenos Aires y pienso estar entre allí y aquí. Pasar el verano de allí, allí y el verano de aquí, aquí. Es lo que pienso, luego Dios decidirá lo que pasa. Dos añitos y me jubilo de la hostelería. Aunque La Otxoa no se va a jubilar nunca. Será como Concha Velasco, siempre que tenga un papel interesante... Mi carrera nunca me la he planteado como algo para competir, para estar empezando una cosa en cuanto acabo otra. No, yo cuando me agoto de algo, puedo descansar seis meses perfectamente. Cuando he acabado Bilbao, Bilbao o ¿Pasión sin puñales?, o las galas de verano, no me pongo a por otra cosa. Sólo cuando me viene la afición y las ganas de hacer algo, lo hago.
De joven sufriste la cárcel por tu condición sexual. ¿Ha cambiado mucho la sociedad en estos 40 años?A mi me llevaron a la cárcel por estar tomando una Coca Cola a las nueve de la noche en un sitio que había lunas, y ahora hay cuartos oscuros, o sea que ha cambiado. Y sin hacer nada, por informarle de Barcelona a un señor de León que iba a hacer unas oposiciones y no conocía, y me pedía direcciones de sitios. Nos llevaron a todos, fue una redada brutal. Estaba Martín Villa, que ahora creo que está en el PP, de gobernador. Aparentemente había mucha libertad, había bares gays, pero eran como cepos para cuando a ellos les interesaba, cogernos a todos. Ahora me han recompensado por ex-preso social y me han dado una indemnización por lo que consideran ahora que fue una atrocidad. El PNV, por ejemplo, a los gays y al mundo feminista, nos odiaban, y ahora, sin embargo, a Ibarretxe le he visto en el Festival de Cine Gay. Algo habrá cambiado, ¿no? Y yo sufría unas críticas increíbles después de "Liberaté" y ahora van a aplaudirles a otros, fíjate si ha cambiado.