La boda real de Mónaco comienza hoy sus festejos

Las celebraciones con motivo de la boda real del Príncipe Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock comienzan hoy con un concierto del grupo Eagles. El acto tendrá lugar en el estadio Louis II y más de 15.000 personas podrán disfrutar de la música de la banda de rock, pero ese acto no será más que el comienzo de tres días de fiesta en la capital monegasca.

Mañana tendrá lugar la celebración de la boda civil, que será de carácter privado, y al día siguiente los invitados y los ciudadanos de Mónaco serán testigos de la boda religiosa. A este acto acudirán representantes de familias reales europeas y presidentes y jefes de gobierno. Entre ellos, el presidente francés, Nicolas Sarkozy. La Familia Real española, sin embargo, no estará presente. El Rey, único invitado al enlace, ha declinado asistir porque todavía se encuentra convaleciente de la operación de rodilla.

Otros ausentes en el enlace serán los hijos de soltero de Alberto de Mónaco: Albert Costa y Jazmin Grace. Jazmin nació fruto de la relación del príncipe con la americana Tamara Rottolo en 1991. Albert es hijo de Alberto y de la azafata francesa de raza negra Nicole Coste. Estos dos hijos nacidos fuera del matrimonio no podrán reinar nunca en el Principado, pero sí beneficiarse de parte de la herencia de su padre. La casa real monegasca ha tomado esta decisión para «evitarles una exposición mediática innecesaria», según un comunicado.

De este modo, esta boda pone punto final a un año muy intenso para las monarquías europeas. Tras el gran seguimiento que tuvo la boda del príncipe Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, se espera que la boda de Mónaco sea igual de mediática y que permanezca en el recuerdo de los monegascos, de la misma manera que lo hizo el enlace entre el Príncipe Rainiero y la actriz Grace Kelly.

La pareja se acercó ayer a los ensayos del concierto que el francés Jean-Michel Jarre ofrecerá mañana, y mostró su mejor cara a los fotógrafos, parece que Alberto y Charlene quisieron acallar los rumores de supuestos problemas difundidos por L''Express, que insinuaban que Wittstock habrñia querido anular el enlace.