Internacional -
Negociación 'in extremis'
En 'punto muerto' la negociación sobre 'abismo fiscal' en EE. UU.
Los republicanos exigen ahora recortes del gasto público. De no llegarse a un acuerdo antes de fin de año, los impuestos aumentarán para todos los estadounidenses.
Redacción
Los líderes del Senado de EE. UU. reanudaron hoy las negociaciones a puerta cerrada para un pacto que evite el "abismo fiscal" el martes próximo, pero la perspectiva de un acuerdo corre peligro ante las exigencias republicanas de recortes al gasto público, dijo a Efe una fuente legislativa.
"Estábamos acercando posiciones, pero nos hemos topado con un gran punto muerto. Hubo avances para incrementar el tope de los ingresos salariales sujetos a los recortes tributarios y concesiones demócratas sobre los recortes de impuestos al patrimonio", explicó la fuente, que pidió el anonimato debido a la sensibilidad de las negociaciones.
Los líderes demócrata y republicano del Senado, Harry Reid y Mitch McConnell, respectivamente, tratan de ponerse de acuerdo sobre un plan que, entre otros puntos, permita evitar una subida generalizada de impuestos a partir del 1 de enero, cuando está previsto que venzan exenciones aprobadas hace una década bajo la presidencia de George W. Bush.
Posibilidad de acuerdo
No obstante, a lo largo de este domingo, diversas informaciones apuntaban a la cercanía de un acuerdo. Así, el senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, consideraba que las posibilidades de alcanzar un acuerdo en el Congreso para impedir el abismo fiscal eran "extraordinariamente buenas", concediendo a Obama la "victoria" en la negociación, según declaraciones a la cadena estadounidense Fox News.
Qué es el abismo fiscal
De no llegarse a un acuerdo antes de fin de año, los impuestos aumentarán para todos los estadounidenses y se calcula que las familias de clase media afrontarían un incremento promedio de unos 2.200 dólares anuales.
Esas subidas de impuestos se producirían como consecuencia del vencimiento de exenciones aprobadas durante la presidencia de George W. Bush.
Por su parte, los recortes automáticos del gasto público fueron acordados por el Congreso en el verano de 2011 como mecanismo de presión para forzar un acuerdo bipartidista, que nunca llegó, sobre la reducción del déficit presupuestario y la deuda.
Los analistas alertan de que este abrupto ajuste fiscal podría devolver a Estados Unidos a la recesión en el momento más inoportuno, cuando su economía todavía se está recuperando con lentitud de la grave crisis de 2008. La posible recesión en EE. UU. podría tener asimismo un impacto global en las economías de todo el planeta, como ya ocurrió en 2008 por la crisis de las hipotecas basura.