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Referéndum

El Reino Unido y la Unión Europea, 40 años de dificultades

Cediendo a las exigencias de los euroescépticos conservadores, Cameron ha decidido comprometerse a celebrar un referéndum sobre la pertenencia a la Unión después de las elecciones de 2015.

El primer ministro británico David Cameron. EFE
El primer ministro británico David Cameron.
El primer ministro británico David Cameron. EFE

Redacción

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Desde que Londres se unió a la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1973, las relaciones del Reino Unido con Europa han atravesado por dificultades.

Fue el primer ministro conservador Edward Heath, europeísta convencido, el que metió al Reino Unido en la CEE hace 40 años después de que este país lo intentase sin éxito en dos ocasiones previas, en 1963 y 1967, debido al veto francés.

Por entonces el Reino Unido no ocultaba el entusiasmo por su participación en la CEE, como quedó reflejado en el referéndum celebrado en 1975, en el que el 67% de los británicos expresaron su apoyo a la permanencia en la CEE.

Sin embargo, la llegada de la primera ministra conservadora Margaret Thatcher al poder en 1979 marcó un giro en las relaciones entre el Reino Unido y Europa.

De este modo, la llamada "dama de hierro" empezó con el tiempo a aplicar una actitud más euroescéptica, que tuvo su momento más importante en 1984 cuando se plantó ante sus socios europeos para renegociar el reembolso anual que recibe el Reino Unido.

Las dotes negociadoras de Thatcher, le valieron el apoyo de los ciudadanos británicos, que la volvieron a votar por tercera vez en 1987.

El Gobierno conservador que le sucedió, el de John Major, también tuvo sus problemas en las relaciones con Europa, especialmente por el aumento del poder de un sector muy euroescéptico.

Con Major al frente, Londres siguió negociando con dureza, especialmente en las conversaciones que llevaron a la firma del Tratado de Maastricht, en 1992, que consagró la integración comunitaria, con la meta de una moneda común y una mayor cooperación política.

Así, Major obtuvo en Maastricht una cláusula de exención, denominada «opt-out», por la que el Reino Unido no quedaba obligado a entrar en la tercera fase de la Unión Económica y Monetaria (UEM) e implantar, por lo tanto, el euro.

Sin embargo, la llegada al poder en 1997 del laborista Tony Blair, que puso fin a casi 18 años de Gobiernos "tories", marcó una giro en la actitud británica hacia Europa, pues se mostró más dispuesto a aceptar la legislación de la Unión Europea (UE).

A pesar de todo, el Gobierno de Londres decidió no abandonar la libra esterlina en favor del euro, que entró en vigor en los mercados financieros mundiales como moneda de cuenta en 1999.

Después de la salida de Blair del Gobierno en 2007 y la entrada del laborista Gordon Brown, el Reino Unido ratificó en 2008 el Tratado de Lisboa, diseñado para mejorar el funcionamiento de la UE.

Con la salida de Brown y la entrada del conservador David Cameron, quien desde 2010 forma una coalición con los liberaldemócratas, las relaciones con Europa son otra vez difíciles, justo en momentos en que la eurozona vive una profunda crisis económica.

A pesar del europeísmo mostrado por los liberaldemócratas de Nick Clegg, el primer ministro "tory" está empeñado en renegociar la relación de su país con la UE y repatriar competencias de Bruselas a Londres.

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