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Infanticidio
La detenida en Utah confiesa haber matado a seis hijos nada más nacer
El séptimo cadáver de bebé habría nacido muerto, según ha confesado a la Policía la mujer detenida tras hallar siete bebés muertos y metidos en cajas en su garaje.
Redacción
Megan Huntsman, una mujer de 39 años de Utah, en Estados Unidos, ha confesado a la Policía que ella misma estranguló o asfixió a seis de sus hijos nada más nacer, los introdujo en cajas de cartón y los escondió en su garaje, donde fueron encontrados este fin de semana.
Huntsman, que se encuentra detenida tras el macabro hallazgo realizado por su marido, ha negado haber matado a un séptimo bebé, cuyo cuerpo también apareció junto al resto, asegurando que éste nació muerto, según los datos de su declaración que recoge el diario local Salt Lake Tribune.
Tras su arresto el domingo, la mujer ha sido encarcelada en la prisión del condado de Utah, desde donde ha comparecido este lunes por circuito cerrado de televisión ante un tribunal de distrito, que la ha impuesto una fianza de 6 millones de dólares. "Está bien", han sido sus únicas palabras al juez Steven Hansen cuándo le ha preguntado qué le parecía la suma.
El fiscal del condado Jeff Buhman ha precisado que Huntsman volverá a comparecer ante el tribunal el próximo 21 de abril y ha justificado la dura fianza por "el riesgo de fuga y porque este es un crimen odioso y horrible".
Siete bebés entre 1996 y 2006
Durante su confesión, Hunstman ha confirmado que dio a luz los siete bebés en su propia casa entre 1996 y 2006. Los restos habían sido envueltos en una toalla o una camisa y colocados dentro de una bolsa de plástico y a continuación introducidos en una caja de cartón.
Darren Brad West, el marido de la mujer -y no su exmarido como se informó inicialmente-, fue quien encontró una de las cajas cuando estaba limpiando el garaje este sábado. Al parecer, Huntsman no residía en la vivienda desde 2011. El hombre llamó a su mujer, quien le confesó que el bebé era suyo pero que había nacido muerto.
Huntsman, que se había mudado a otra ciudad, accedió a acudir a la comisaría de Pleasant Grove, donde confesó las muertes. La noticia ha conmocionado al barrio, pero sobre todo a su marido, que se cree que sería el padre de los niños y que no estaría al tanto de los embarazos de su mujer, si bien se realizarán pruebas de ADN para confirmarlo.
El matrimonio tenía tres hijas. Según los vecinos, la mayor tendría entre 18 y 20 años y la pequeña unos 13, por lo que habría nacido en el periodo en el que su madre mató a otros hermanos, lo que genera una incógnita para la Policía, según ha reconocido el comisario Smith.