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Referéndum en Escocia

Cinco claves que decidirán el referéndum en Escocia

La moneda, la economía, la Unión Europea, el autogobierno y el miedo, son, sin duda, las cinco claves que marcan el debate sobre el referéndum de independencia.

Redacción

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La Moneda

Se ha convertido en el tema central de los debates. Los partidarios del ‘no’ a la independencia advierten de que Escocia dejaría de formar parte de la Libra esterlina, con lo que su competitividad y fortaleza monetaria empobrecerían al país y a sus ciudadanos. Alex Salmond, líder de los pro independentistas, advierte: si se expulsa a Escocia de la Libra, esta no asumiría su parte de la deuda pública de Gran Bretaña. Salmond propone como primera opción que Escocia siga utilizando la libra de común acuerdo con Londres. Los contrarios a la independencia alegan que formar parte de la libra dejaría la política monetaria en Londres, fuera del control del eventual nuevo país. Otras posibilidades serían su entrada en el Euro o, en última instancia, la creación de una moneda propia.

La economía

¿Puede ser Escocia un país económicamente viable? Las reservas de petróleo del Mar del Norte y el tejido industrial del país refuerzan a los nacionalistas. Otros estudios de think tanks señalan lo contrario: su déficit sería mayor y tendría que recortar gasto y subir impuestos. Una Escocia fuera de la UE tendría que renegociar su entrada, cosa que llevaría varios años.

La Unión Europea

La pertenencia o no a la Unión Europea está muy presente en el debate político británico. El UKIP, el partido de extrema derecha, defiende abiertamente la salida, mientras que sectores del partido Conservador, hoy en el Gobierno de Londres, plantean abiertamente la necesidad de abandonar la UE. David Cameron ya ha dicho que promoverá un referéndum para decidir si los británicos quieren seguir o no. Ni el Partido Laborista ni los nacionalistas del Scottish National Party ponen en cuestión la pertenencia. Pero los partidarios del No señalan que la independencia acarrearía la salida de la UE y que mientras se produce el reingreso, Escocia viviría a la intemperie y con grandes dificultades.

El autogobierno

Tanto los líderes de la campaña del no como el Gobierno de David Cameron han prometido que si Escocia sigue dentro de Gran Bretaña, Londres profundizará en su autogobierno. El premier británico ha concretado y señalado que incluso podría gestionar parte de los impuestos. Alex Salmond ha insistido en este argumento: buena parte de las decisiones políticas y económicas que afectan a Escocia se toman en Westminster, donde los escoceses tienen una presencia y una representación muy limitada. “Si somos independientes, nos gobernaremos mejor”, ha proclamado Salmond. Y la dependencia de Londres incide negativamente en el bienestar de l

El miedo

Los previos al referéndum han estado plagados de “historias de terror”, tal y como las ha calificado Salmond, en torno a las catástrofes que acarrearía la salida de Gran Bretaña. Un ejemplo: los opositores a la independencia han llegado a afirmar que, de consumarse la independencia, los coches deberían de circular por la derecha, como en el resto de Europa. El líder del no, el también escocés Alistair Darling,  ha huido de estas posturas extremas. Pero, en última instancia, el miedo a lo desconocido y a perder el paraguas protector de la Corona británica puede influir en el voto de buena parte de los escoceses.

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