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Elecciones en Grecia

¿Cómo será la Grecia de Syriza?

La Coalición de la Izquierda Radical ha suavizado sus propuestas para hacer frente a la campaña del miedo impulsada por Berlín.

El líder de Syriza, Alexis Tsipras. Foto: EFE
El líder de Syriza, Alexis Tsipras. Foto: EFE
El líder de Syriza, Alexis Tsipras. Foto: EFE

eitb.eus

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La previsible victoria de Syriza en las elecciones del domingo cambiará el equilibrio de poder en Grecia, donde el Gobierno tradicionalmente ha sido alternado entre el socialdemócrata Pasok y el conservador Nueva Democracia. El país heleno se convertiría así en el primero de la Unión Europea (UE) que se rebelará contra las políticas de la troika y abogará abiertamente por una quita de la deuda.

Estas son algunas de las claves para entender cómo se ha llegado a esta situación y cómo sería una Grecia gobernada por Syriza.

¿POR QUÉ HAY ADELANTO ELECTORAL?

Las elecciones del 25 de enero llegan por el fracaso del Gobierno del conservador Andonis Samarás a la hora de imponer a su candidato a la Presidencia de la República después de tres votaciones parlamentarias. El mandatario anunció la fecha de los comicios a los pocos minutos de terminar la tercera votación, sin esperar siquiera al Consejo de Ministros que se iba a celebrar poco después. El primer ministro optó por la primera de las fechas que se habían barajado, y lo justificó diciendo que "el país no puede esperar".

¿QUÉ ES SYRIZA?

La Coalición de la Izquierda Radical, como se denomina oficialmente, nació en 2004 de la unión de una docena de partidos de la órbita socialista y comunista. Opción minoritaria en sus inicios, el estallido de la crisis económica y las draconianas condiciones impuestas por la 'troika' han convertido a la formación en un fenómeno social que ha catapultado sus aspiraciones electorales. No en vano, Syriza pasó del 3% de los votos obtenidos en las elecciones de 2004 al sorprendente 16,8% de los comicios de 2012. Para las generales de este domingo, los sondeos le auguran más de un 30% de los sufragios, al borde de la mayoría absoluta.

¿QUIÉN ES SU LÍDER?

El carismático Alexis Tsipras lidera la formación desde 2007. Es la referencia y el icono indiscutible no solo de la izquierda griega, sino también de toda la europea. De hecho, fue el candidato del Partido de la Izquierda Europea (PIE) en las elecciones comunitarias de 2014. Sería, si los griegos así lo deciden en las urnas, el líder más joven de la historia del país (tiene 40 años).

¿CUÁLES SON SUS PROPUESTAS?

Al igual que ha sucedido con Podemos en España, Syriza ha suavizado y moderado sus propuestas para intentar atraer a un abanico de votantes más amplio y contrarrestar la campaña del miedo abanderada por Berlín y Bruselas. Tsipras ya no habla de condonar o no pagar la totalidad de la deuda del país, que asciende al 175% del PIB, sino de acordar una reestructuración que conlleve una quita parcial.

También han salido de su argumentario habitual otras propuestas como nacionalizar bancos y sectores clave. Sigue defendiendo, eso sí, aumentar los impuestos a las rentas altas y algunas prestaciones como la del desempleo, el sueldo mínimo interprofesional y las pensiones.

El programa económico de Syriza, bautizado con el nombre de "Programa de Salónica", consta de tres pilares: aliviar la situación de las víctimas de la crisis, relanzar la economía y crear empleo y reformar el Estado. Supondría una inversión de más de 12.000 millones de euros y para la formación se trata de un punto de su programa innegociable.

¿SALDRÁ GRECIA DE LA UE?

Está totalmente descartado, porque no lo desean ni la Unión Europea ni la propia Syriza. En ese sentido, informaciones como la publicada a principios de año por el diario alemán Der Spiegel, que indicaba que la canciller Ángela Merkel ve "inevitable" una salida de Grecia del euro si la formación de Tsipras vence en las elecciones, son más atribuibles al deseo de influir y condicionar la campaña electoral griega que a una intención real de expulsar al país heleno de la moneda única. "La pertenencia de Grecia al euro es irreversible", ha zanjado Bruselas.

¿CÓMO LOGRARÁ UNA QUITA DE LA DEUDA?

El viceportavoz del grupo parlamentario y uno de los líderes de la política económica de Syriza, Yannis Dragasakis, ha aseverado que, en caso de ganar las elecciones, su partido tendrá hasta julio para negociar un acuerdo con los acreedores antes de que el país tenga serios problemas de liquidez.

En ese sentido, aunque ha asegurado que "no queremos crear problemas o emprender una acción unilateral", ha advertido de que "no vamos a gobernar con una pistola en la cabeza".

Las negociaciones con la troika, según Dragasakis, llevarán algún tiempo, pero deben concluir en julio, cuando Grecia tiene que devolver 6.700 millones de euros al Banco Central Europeo.

Pese a que las partes están muy enfrentadas, que todos estén condenados a entenderse juega a favor de Syriza.

¿EN QUIÉN SE APOYARÁ?

De no obtenerse una mayoría absoluta, la llave del próximo Gobierno estará en el partido que consiga ser tercera fuerza. Y en este contexto, los mejores situados son los socialdemócratas del Pasok, pese a su actual crisis de popularidad.

Actualmente no hay una tendencia clara en las encuestas sobre qué partido acabará conquistando este puesto, pues las diferencias entre el Pasok y los otros aspirantes -los neonazis de Amanecer Dorado, el centroizquierda de To Potami (El Río) y los comunistas de KKE- son mínimas (todos rondan el 5% de la intención de voto).

En cualquier caso, el Pasok no ha aclarado si optaría por apoyar a un Gobierno de Syriza o uno de Nueva Democracia. La portavoz Eva Kaili respondía así recientemente a esta pregunta: "Como partido de centroizquierda, la prioridad serían los que están más cerca de nuestra propia perspectiva, pero en momentos críticos para el país uno no puede ser selectivo si se logra encontrar un marco programático que sirva al interés nacional".

Desde Syriza han explicado que buscarán una amplia coalición de fuerzas en el caso de que no se logre la mayoría absoluta. De puertas adentro, Tsipras no descarta una coalición con el Pasok, pese a que este partido es coautor del programa de ajuste llevado a cabo desde 2010.

Otro eventual socio de una futura coalición de Gobierno para Syriza podría ser el partido de centroizquierda To Potami, fundado hace tan solo diez meses por el periodista Stavros Theodorakis, que en las elecciones europeas cosechó un nada desdeñable 6,5% de los votos.

¿CUÁLES SERÁN SUS RETOS?

Si vence en las elecciones, Syriza tendrá la difícil tarea de retomar las negociaciones con los acreedores y buscar soluciones a los problemas de liquidez que pueden darse a partir de marzo, cuando finaliza la prórroga del segundo rescate.

La convocatoria de las elecciones anticipadas dio al traste con el calendario acordado todavía a comienzos de diciembre entre Atenas y Bruselas para una prórroga del rescate hasta finales de febrero.

Esta prórroga debía servir para cerrar hasta esa fecha las asignaturas pendientes del programa de ajuste, como la liberalización completa de los despidos en el sector privado, la eliminación de la protección contra los desahucios de las viviendas de primera residencia y el cierre de un déficit de financiación en los presupuestos de 2015 de unos 2.000 millones de euros.

El cumplimiento de estas medidas, pactadas con la troika de acreedores (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), era requisito obligatorio para poder obtener el último tramo de la parte europea del rescate (1.800 millones de euros), que el Gobierno del conservador Andonis Samarás quería finiquitar ya en enero.

El adelanto de las elecciones ha dejado en suspenso toda la negociación, que solo será retomada con el nuevo Gobierno y a priori en los mismos términos. Sin embargo, suena imposible que Syriza acepte estas condiciones.

Los socios de la eurozona se preparan para una posible victoria del partido de Tsipras, y según destacan medios locales e internacionales, se estudia la posibilidad de conceder a Grecia una nueva prórroga de hasta seis meses para dar tiempo a la negociación.

Tras seis años de crisis, los principales indicadores no son precisamente halagüeños: la deuda ha alcanzado en torno al 175% del Producto Interior Bruto (PIB), el déficit presupuestario del Gobierno se situó en 3.640 millones de euros (5.440 millones en 2013), la inflación acumulada en diciembre era del -2,6 % y el paro estaba en el 26%.

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