Internacional -
Análisis
El giro del electorado holandés
El buen resultado de un partido xenófobo y antimusulmán en las elecciones locales certifican que los holandeses
Jesús Torquemada
Es curioso lo que ha pasado en las elecciones municipales de ayer en Holanda. Todo el mundo estaba pendiente de un partido que sólo se presentaba en dos ciudades, La Haya y Almere.
Pero no es un partido cualquiera, ni por su ideología ni por la influencia que puede tener en el próximo Gobierno holandés. Es el Partido para la Libertad, un partido populista, xenófobo y antimusulmán liderado por Geert Wilders, que se está convirtiendo en uno de los políticos más populares del país.
Con ese mensaje ultraderechista, el Partido para la Libertad se ha convertido en primera fuerza en Almere y en segunda en La Haya. Holanda tiene que celebrar elecciones legislativas el 9 de junio para elegir un nuevo Gobierno tras la caída del anterior por las discrepancias entre sus socios acerca de si mantener o no la presencia de soldados holandeses en Afganistán. Y en esas elecciones tan importantes el Partido para la Libertad puede jugar un papel decisivo.
Los resultados de ayer, y las encuestas que se hicieron a pie de urna, indican que el partido de Wilders podría ser el que consiga más escaños o quedar segundo muy cerca del primero.
Eso puede complicar mucho la formación de la próxima coalición. Y, sobre todo, indica que el electorado holandés, en el pasado más inclinado hacia opciones progresistas, ha dado un giro que parece ya irreversible hacia posiciones más conservadoras.