Internacional -
Análisis
Cuando un Parlamento se queda colgado
En el Reino Unido uno de los mayores miedos políticos que existe es que en el Parlamento no haya una mayoría absoluta.
Jesús Torquemada
Cuando estás usando un ordenador, una de las mayores faenas que te pueden pasar es que el ordenador se cuelgue y pierdas los datos. A los británicos, una de las mayores faenas que les puede pasar es que se les cuelgue el Parlamento.
El sistema electoral británico, con un solo diputado por circunscripción, está diseñado para producir mayorías sólidas, de forma que los gobiernos sean estables y no haya que repetir las elecciones cada dos por tres. Cuando a pesar de ese sistema no sale una mayoría absoluta para un partido, los británicos hablan de "hung Parliament", "Parlamento colgado". Y es una de sus peores pesadillas.
La última vez que les sucedió fue en 1974. Entonces, los conservadores de Edward Heath lograron un 0,7% más de votos que los laboristas de Harold Wilson, pero estos sacaron 4 escaños más que los conservadores.
Heath intentó gobernar con el apoyo de los liberales y los unionistas norirlandeses, pero tuvo que tirar la toalla y fue Wilson el que se convirtió en primer ministro.
Siguieron unos años turbulentos en la política británica que desembocaron en la irrupción de Margaret Thatcher. Si ahora vuelve a haber un Parlamento sin mayoría, en el 10 de Downing Street puede seguir de inquilino, al menos por unos días, Gordon Brown; no está obligado a dimitir inmediatamente, aunque sea derrotado.
Es decir, aunque los conservadores sean los que consigan el mayor número de escaños, si no logran la mayoría absoluta no es automático que le corresponda a Cameron la iniciativa de formar Gobierno.
El miércoles que viene se reunirá el nuevo Parlamento, y entonces es cuando Brown se podría ver obligado a dimitir si no tiene apoyos suficientes para aprobar su plan de Gobierno o si la oposición consigue sacar adelante una moción de censura.