Internacional -
Crónica de Olatz Simón
El asalto al campamento 'rojo' dura poco en Bangkok
Un fotógrafo italiano ha muerto de un tiro en el pecho al quedarse empotrado entre fuego cruzado, en el momento en el que los soldados arrasaban con las primeras barricadas.
Olatz Simón
La operación del ejercito tailandés contra el campamento de los ''camisas rojas'' ha durado poco más de siete horas. A las siete de la mañana una llamada de unos compañeros en la zona nos alerta: "Van a entrar", y esta vez va en serio. Una falsa seguridad te invade cuando se trata de Tailandia.
Las sonrisas, el poder meterte hasta la cocina sin que nadie te diga nada, y el que todo el mundo este más que encantado de que lo grabes todo, de que preguntes lo que quieras. Todo eso te hace sentir desde el principio, y quizá por oposición a la situación en la que trabajamos en China, que en Tailandia cubrir un conflicto de este tipo permite entrar hasta el fondo en cualquier situación.
Hace días esa falsa sensación de seguridad que te envuelve en este país le costo varias heridas de bala a un cámara canadiense, y hoy, un fotógrafo italiano ha muerto de un tiro en el pecho al quedarse empotrado entre fuego cruzado, en el momento en el que los soldados arrasaban con las primeras barricadas.
Se oían tiros sin parar
Incluso desde mucho más atrás, desde donde nosotros seguíamos el avance de las tropas, se oían tiros sin parar. Hace menos de dos días la cruz blanca, el servicio médico de los ''camisas rojas'', nos aseguraba que si los soldados entraban, los ''camisas rojas'' se sentarían para ver si les disparaban. Era, nos explicaban, una muestra de que están desarmadados y de que solo quieren luchar por su causa.
Pero eso no ha ocurrido. Mujeres, niños y ancianos se han refugiado en los templos que quedan dentro del perímetro rojo. Desde esos templos y utilizando herramientas como twitter, piden a estas horas ambulancias. Frente a esos templos hay varios hospitales, pero no pueden acceder a ellos por que siguen escuchando tiros en las calles. Muchos internautas han enviado aviso a los servicios médicos, pero las ambulancias no pueden pasar las nuevas trincheras en las que se han hecho fuertes los ''camisas rojas'' que quieren resistir.
En el mismo escenario en el que ayer aun se daban conciertos y se proclamaban consignas de victoria y animo, Nattawud Saikua, unos de los principales lideres rojos, se entregaba a las autoridades esta mañana y lo hacia micrófono en mano. Si hasta esta mañana la consigna había sido "resistid", los lideres de los manifestantes han pedido a sus seguidores que se rindieran en cuanto los tanques han llegado al corazón del campamento.
El brazalete verde
Hoy, tras cinco días intentándolo, hemos conseguido hacernos con un brazalete verde. La asociación de periodistas de Tailandia los repartía hace meses, cuando empezaron las manifestaciones, pero estos días escaseaban. Ese distintivo nos ha permitido pasar varios controles y acceder a la retaguardia de la operación.
Sin embargo, solo dos horas después, hemos tenido que quitarnos el brazalete y todo signo que nos identificara como periodistas. De buscar nuestros micros, los ''camisas rojas'' han pasado a tomar a la prensa, especialmente a la prensa local, como objetivo de sus ataques.
Ciertos canales tailandeses, dicen, le ha brindado al Gobierno una plataforma de propaganda nunca vista. Con la operación terminada, los grupos de manifestantes que no piensan rendirse se han dispersado por toda la ciudad llamando a los "rojos durmientes", aquellos que no se han unido al campamento estos meses, pero que simpatizan con la causa opositora, a que les ayudaran a crear el caos. Estos grupos han quemado edificios y hasta gasolineras en 30 puntos de la ciudad.
Los primeros y mas virulentos ataques reflejan el odio de los camisas rojas a la elite del país. El edificio de la bolsa ardía a las seis de la tarde, el gigantesco centro comercial Central World, poco mas tarde. El edifico, de nueve plantas, sede de todas las marcas de productos de lujo occidentales en Bangkok, esta a punto de venirse abajo, según las autoridades.