Internacional -
Análisis
La división entre el Este y el Oeste de Europa
La reelección de Tusk como presidente del CE pone el relieve las diferencias entre países como Polonia, Hungría, Rumanía o Bulgaria con el resto. Esta división es peligrosa.
Jesús Torquemada
Euskaraz irakurri: Europako ekialdearen eta mendebaldearen arteko zatiketa
La reelección del polaco Donald Tusk como presidente del Consejo Europeo ha puesto de relieve un nuevo problema para la Unión Europea. Bueno, nuevo no es, pero no se está arreglando e incluso se está profundizando. Es el concepto diferente acerca de la Unión Europea, e incluso de la democracia, que existe entre los países del Este y el Oeste de Europa.
Algunos países del Este llevan años con gobiernos que usan maneras autoritarias, como Polonia y Hungría; otros que están sacudidos por la corrupción y la ineficacia, como Rumanía y Bulgaria; o que son muy radicales contra la inmigración, como Eslovaquia. Ayer se vio en el Consejo Europeo. El Gobierno polaco, ultracatólico, xenófobo y ultranacionalista, se oponía a que un ciudadano polaco, Donald Tusk, siguiera siendo presidente del Consejo Europeo por un sencillo motivo: porque Tusk es liberal y es enemigo político del actual Gobierno polaco. Los demás se pusieron de acuerdo para anular la maniobra polaca, decidieron que Tusk era el mejor candidato y por eso lo reeligieron.
La división entre el Este y el Oeste es peligrosa para el futuro de la Unión Europea, que bastantes peligros tiene ya. Y, además, la puede aprovechar el Reino Unido para sembrar aún más división durante las negociaciones para llevar a cabo el Brexit.