Internacional -
Análisis
Afganistán, la guerra de Obama
Al contrario que en el caso de Irak, en el de Afganistán, el presidente de EE. UU. cuándo desaparecerán todos los soldados estadounidenses.
Jesús Torquemada
Hay una diferencia fundamental entre los planes de retirada de los soldados estadounidenses de Irak y de Afganistán. En el caso de Irak, el presidente Obama puso una fecha de comienzo de la retirada, el ya cercano 31 de agosto, y una fecha en la que esa retirada deberá estar terminada: el 31 de diciembre de 2011.
En el caso de Afganistán, habló de empezar la retirada el 11 de julio de 2011, pero no dijo cuándo ya no quedará ningún soldado estadounidense en Afganistán. Ni tampoco concretó cifras, no dijo cuántos se irán de Afganistán en julio del año que viene, mientras que en el caso de Irak sí se sabe que dentro de dos semanas empezarán a salir de allí todas las tropas de combate, o sea, unos 100.000 soldados.
Obama tiene un problema con Afganistán. Por un lado, la ha descrito como una guerra necesaria, una guerra en la que Estados Unidos tiene que estar para detener al terrorismo internacional, mientras que en Irak, por el contrario, no pinta nada. Es decir, igual que Bush convirtió Irak en su guerra personal, Obama ha convertido la de Afganistán en la suya.
Pero, por otra parte, tiene que contentar a sus seguidores y a quienes le dieron el Nobel de la Paz. No puede pasar a la historia como un presidente guerrero. Por eso, cuando el año pasado anunció que iba a mandar a Afganistán 30.000 soldados más para intentar derrotar de una vez a los talibanes, es cuando dijo que ese refuerzo era temporal y que esperaba empezar a llevárselos de allí en julio de 2011.
Los mandos militares sobre el terreno, empezando por el general Petraeus, saben que la victoria en ese plazo es imposible, y por eso ya están avisando que la retirada anunciada por Obama podría ser prematura.
El debate va a ser duro y Obama va a tener difícil contentar a todos.