Internacional -
Análisis
Juego estratégico en el Sahel
Con el pretexto que le da Al Qaeda, Estados Unidos empieza a implantarse en una región de la que estaba ausente. Quien sí está allí desde hace mucho tiempo es Francia.
Jesús Torquemada
La importancia estratégica para Europa de los países del Sahel es cada vez más evidente. Hasta ahora no se les hacía demasiado caso, pero la implantación allí de Al Qaeda del Magreb Islámico ha hecho que los ojos se vuelvan hacia Mauritania, Malí, Níger y Burkina Faso.
Son países por los que pasa el tráfico de armas y drogas y también el de emigrantes que intentan llegar a Europa. Los de Al Qaeda aprovechan esos tráficos para financiarse, además de los rescates que obtienen por sus secuestros.
Pero también los gobernantes de esos países aprovechan para obtener influencia política y dinero. El presidente de Malí, Amadou Toumani Touré, ha recibido recientemente un importante suministro de armas por parte de Estados Unidos. El de Mauritania, Mohamed Ould Abdelaziz, ha conseguido que todo el mundo se olvide de que llegó al poder hace dos años mediante un golpe de Estado. El de Burkina Faso, Blaise Compaoré, lleva 23 años en el poder y no es precisamente un demócrata, pero ha ganado puntos tras su papel en la liberación de los cooperantes catalanes.
Esos presidentes están abriendo también las puertas del Sahel a los Estados Unidos. Washington creó hace tres años el Africom, un comando militar para África, y ya ha hecho maniobras con varios países de la zona, a los que además suministra armas. Con el pretexto que le da Al Qaeda, Estados Unidos empieza a implantarse en una región de la que estaba ausente. Quien sí está allí desde hace mucho tiempo es Francia. En París seguro que no están muy contentos viendo cómo Estados Unidos se empieza a meter en su terreno y cómo AQMI se ha reído de los franceses en su comunicado publicado tras la liberación de los españoles.