Internacional -
Análisis
Los gitanos son ya un asunto europeo
Se trata de un tema de gran importancia política para la Unión Europea, ya que está en juego la propia identidad de la Unión Europea como espacio de libertades y derechos.
Jesús Torquemada
La expulsión de gitanos rumanos de Francia se ha convertido ya en un asunto europeo, tras el aviso de la Comisión Europea de que va a abrir un procedimiento sancionador contra París.
Es un tema de gran importancia política para la Unión Europea. En esta ocasión, no estamos hablando de regateos económicos, sino de la propia identidad de la Unión Europea como espacio de libertades y derechos.
La Carta de Derechos Fundamentales se incorporó al Tratado de Lisboa y desde entonces es vinculante para todos los 27 estados miembros de la Unión. Ese tratado establece sanciones severas, incluyendo la suspensión del derecho de voto en las instituciones europeas, contra aquellos estados que violen los derechos fundamentales consagrados en la Carta.
Francia no ha llegado ni mucho menos a eso, sería exagerado acusar a Francia de una violación de la Carta. Pero sí es muy posible que esté incumpliendo la directiva europea de libre circulación de personas, y por eso la comisaria de Justicia, Viviane Reding, ha anunciado la apertura de ese expediente sancionador. Si París da explicaciones satisfactorias, el expediente será cerrado; pero, si no, podría llegar hasta el Tribunal de Justicia de Luxemburgo.
Esta reacción de la comisaria, que ha pronunciado palabras muy duras, no va a aumentar precisamente la popularidad de la Unión Europea en Francia, donde las encuestas indican que el prejuicio antigitano es elevado (como en muchos otros países europeos, dicho sea de paso).
Pero la reacción de Reding, igual que la que tuvo la semana pasada el Parlamento Europeo, demuestran que la Unión Europea se toma en serio su faceta política y su papel de defensa de los derechos humanos; y que no es, como muchas veces dicen sus detractores, un simple club de mercaderes.