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Análisis

Vaya bronca a cuenta de los gitanos

A Sarkozy le han favorecido finalmente las inoportunas declaraciones de la comisaria de Justicia, Viviane Reding, cuando comparó esas expulsiones con las deportaciones de la Segunda Guerra Mundial.

Jesús Torquemada

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Ayer, en medio de la bronca por los gitanos, los líderes europeos adoptaron una decisión muy importante sobre política exterior. A partir de ahora, cuando la Unión Europea vaya a asistir a una cumbre internacional como la del clima, o cuando vaya a celebrar alguna cumbre bilateral con otro país, serán ellos, los jefes de Gobierno, los que definan previamente la posición que debe llevar la Unión. En otras palabras, esta decisión les quita poder a los ministros de Exteriores y, sobre todo, a la Alta Representante de Política Exterior, Catherine Ashton.

Pero nadie se ha enterado de esto. Lo que ha trascendido es la fenomenal bronca que hubo ayer a cuenta de los gitanos entre el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Barroso defendió que la Comisión tiene que hacer respetar las leyes europeas, y por tanto es su obligación investigar si Francia las ha violado. Sarkozy defendió que las expulsiones de gitanos rumanos se han hecho dentro de la legalidad, porque estaban de forma ilegal en Francia.

A Sarkozy le han favorecido finalmente las inoportunas declaraciones de la comisaria de Justicia, Viviane Reding, cuando comparó esas expulsiones con las deportaciones de la Segunda Guerra Mundial. Los otros presidentes europeos han salido de forma corporativa a defender a Sarkozy, diciendo que esas declaraciones son inaceptables.

El resultado de esto ha sido un enfrentamiento entre instituciones de la Unión, concretamente entre la Comisión Europea y el Consejo Europeo, como no se recuerda. Pocas veces, ni siquiera cuando se iban a adoptar decisiones económicas muy importantes, se ha llegado a los gritos como en esta ocasión. Algo que, evidentemente, va a causar daño a la imagen de la Unión Europea, sin olvidar el fondo: que tampoco en un asunto como el de los gitanos los gobiernos son capaces de adoptar una política común a nivel europeo.

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