La extrema derecha se asienta en Escandinavia

La entrada de la extrema derecha en el Parlamento de Suecia, como resultado de las elecciones de ayer, confirma una tendencia que ya se venía observando en los países nórdicos.

El partido Demócratas de Suecia ha superado la barrera del 4% de los votos necesaria para conseguir diputados. Y, gracias a que ninguno de los dos partidos principales, la Alianza de centroderecha y el Partido Socialdemócrata, ha logrado la mayoría absoluta, Demócratas de Suecia tendrá más fuerza que la que sería normal para el procentaje de votos obtenido, el 5,8%.

Este partido se opone a que lleguen más inmigrantes a Suecia, quiere echar a algunos de los que ya están dentro, y es islamófobo, afirma que los inmigrantes musulmanes son una amenaza para la identidad de Suecia. Además, señala que los suecos mantienen, gracias a unos impuestos elevados, un sistema de protección social de los mejores del mundo, y que los inmigrantes abusan de ese sistema.

Es lo mismo que dicen los grupos de extrema derecha en Noruega, Dinamarca y Finlandia, donde también han conseguido entrar en el Parlamento; en el caso noruego, casi consiguen entrar hasta en el Gobierno.

Es un fenómeno a estudiar que en los países del mundo que mejor nivel de vida tienen y que hasta ahora eran modelos de tolerancia y de asilo se esté consolidando esta tendencia xenófoba. Y, en el caso de Suecia, destaca que el líder de la extrema derecha no es un señor mayor con un pasado nazi, sino un joven treintañero, Jimmie Aakeson, que consigue votos entre los jóvenes.