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Análisis

La ultraderecha impone su programa en Holanda

Es un Gobierno de coalición entre dos partidos; pero esos dos partidos no llegan, ni con mucho, a la mayoría de diputados, y por eso han aceptado el apoyo en el Parlamento del Partido de la Libertad.

Jesús Torquemada

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Holanda es el primer país europeo en el que se va a notar de una forma concreta el ascenso electoral de la extrema derecha. El nuevo Gobierno tomó posesión ayer y en su programa se nota una fuerte influencia de las ideas ultraderechistas.

Es un Gobierno de coalición entre dos partidos, el democristiano y el liberal; pero esos dos partidos no llegan, ni con mucho, a la mayoría de diputados, y por eso han aceptado el apoyo en el Parlamento del Partido de la Libertad, el partido ultraderechista de Geert Wilders. Es decir, no va a haber ministros de este partido en el Gobierno, pero el Gobierno sí va a contar con los votos de los diputados ultraderechistas, gracias a los cuales consigue una mayoría muy escasa, de justo un escaño, en el Parlamento.

Para ello, la coalición ha tenido que pagar un precio e incluir en su programa una gran parte de las exigencias del Partido de la Libertad. Entre ellas, cerrar la puerta a la entrada de más inmigrantes, impedir que los que ya están en Holanda puedan traerse a sus familiares, prohibir el burka y obligar a que los inmigrantes reciban clases de "ciudadanía holandesa" y se las paguen ellos mismos.

Es un indicio de lo que puede pasar en Suiza, Austria, Noruega o Dinamarca, donde los partidos ultraderechistas están obteniendo resultados electorales que les permiten entrar en los gobiernos o, al menos, influir decisivamente desde fuera.

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