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Estados Unidos
Muere el presunto "atacante en serie" que ha atemorizado a Texas con explosivos
En las últimas tres semanas, la ciudad texana ha vivido un estado de incertidumbre constante, con más de 1200 llamadas por avisos de "paquetes sospechosos"
AGENCIAS | REDACCIÓN
El presunto autor de las cinco bombas que han aterrorizado este mes la ciudad de Austin (Texas) y que han dejado dos víctimas mortales, ha muerto este miércoles al hacer detonar uno de los artefactos que llevaba en su vehículo cuando se encontraba acorralado por la Policía. Varios medios locales han identificado al autor como Mark Anthony Conditt, vecino de una pequeña localidad situada en el área metropolitana de Austin.
La Policía no ha confirmado oficialmente esta identidad ni tampoco ha aclarado cuáles habrían sido los motivos que han llevado a Conditt a provocar el caos durante veinte días en la capital texana colocando bombas de manera aparentemente indiscriminada.
Según Brian Manley, jefe del Departamento de Policía de Austin, los agentes habían acorralaron a Conditt la pasada madrugada en el estacionamiento de un hotel cercano a Round Rock, mientras esperaban la llegada de los equipos especiales. Sin embargo, asegura que "el coche empezó a rodar de nuevo y le seguimos para no perderle la pista. En ese momento, el vehículo se detuvo a un lado de la carretera, y cuando los miembros de los SWAT se acercaban, uno de los agentes abrió fuego y el sospechoso accionó el dispositivo bomba que llevaba consigo".
En el operativo, un agente policial resultó herido por la deflagración, pero se encuentra estable y se recupera de las lesiones en un hospital de la zona.
A pesar de la confirmación del fallecimiento del principal sospechoso, Manley ha instado a la gente a que se “mantenga alerta”, puesto que el “atacante en serie” podría haber dejado paquetes sospechosos en la ciudad antes de morir.
3 semanas de incertidumbre
El pasado 2 de marzo un afroamericano perdió la vida al estallar un paquete en la puerta de su casa, hecho que en un primer momento la Policía consideró como un asunto de drogas. Sin embargo, una semana después, se produjeron dos explosiones más de características similares, en las que un joven afroamericano de 17 años falleció y dos mujeres, una de ellas de origen hispano, resultaron gravemente heridas. Todo indicaba entonces que se trataba de posibles delitos de odio. Pero el pasado domingo un cuarto artefacto accionado a distancia afectó a otras dos personas que caminaban por un barrio del suroeste de Austin.
El cambio en el mecanismo de los dispositivos, mucho más elaborados, llevó a la Policía a definir al autor como un “atacante en serie".
En las últimas tres semanas, la ciudad texana ha vivido un estado de incertidumbre constante, con más de 1200 llamadas por avisos de "paquetes sospechosos" registradas por la Policía.
Tras conocerse la muerte del presunto autor, Donald Trump mostró su felicidad en su cuenta de Twitter: "El sospechoso de las bombas de Austin está muerto. ¡Gran trabajo por parte de las autoridades y todos los interesados!".
La investigación de la policía local y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) continúa abierta para determinar que no queda ningún artefacto explosivo y para saber si este sospechoso era el único autor material, por lo que como ha concluido Manley la colaboración ciudadana "sigue siendo una prioridad".