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Análisis

A los ayatolás no les gusta el cine

Al director de cine iraní Panahi nunca le ha gustado su Gobierno, que ha hecho todo lo posible por obstaculizar su trabajo. En marzo de este año fue detenido y ahora ha sido condenado.

Jesús Torquemada

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Jafar Panahi es un director de cine iraní con mucho prestigio en el extranjero. Sus películas han sido premiadas en los festivales de Venecia y Cannes y han tenido también una gran acogida en el Festival de San Sebastián. El círculo, El globo blanco y Offside son sus obras más conocidas a nivel internacional.

Panahi nunca le ha gustado al Gobierno iraní, que ha hecho todo lo posible por obstaculizar su trabajo. En marzo de este año fue detenido, en mayo empezó una huelga de hambre y pocos días después le dejaron en libertad, bajo fianza de 160.000 euros, en espera de juicio.

La acusación era de conspiración y propaganda contra el Gobierno, y ahora se ha conocido el veredicto. Seis años de cárcel, prohibición de salir del país y de conceder entrevistas, e inhabilitación para escribir guiones y dirigir películas durante 20 años.

Con esa pena, podría pensarse que Panahi hace películas en las que incita a la violencia, pero no, son simples retratos de diversos aspectos de la sociedad iraní, a veces con tono de comedia, como Offside, en la que se cuentan los esfuerzos de unas chicas aficionadas al fútbol por colarse en un estadio en el que no dejan entrar a las mujeres.

La noticia de la condena a Panahi ha coincidido con el ahorcamiento de once miembros del Jundallah, el grupo suní que reivindicó la semana pasada un atentado contra una mezquita chií en el que murieron cuarenta personas. El régimen de los ayatolás ha decidido endurecer la represión, tanto contra la sociedad civil como contra los grupos que recurren a la violencia.

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