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Dictadura argentina
Videla, condenado a cadena perpetua por segunda vez
El primer presidente de la última dictadura argentina ahora tendrá que cumplir la condena, tras el indulto que recibió en 1990 por parte del entonces presidente Carlos Menem.
Redacción
El represor Jorge Rafael Videla, primer presidente de la última dictadura argentina (1976-1983), ha recibido hoy la máxima pena en un histórico juicio que ha afrontado junto a otros 29 acusados por las vejaciones cometidas durante el régimen de facto.
En conjunto, el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba ha dictado cadena perpetua para 16 acusados (entre ellos Luciano Benjamín Menéndez), penas de entre 6 y 14 años a siete, ha absuelto a otros siete y ha determinado que los condenados ingresen en prisiones comunes, salvo en cuatro casos pendientes de informes médicos.
Menéndez, otro de los símbolos de la represión, suma con la de hoy cinco condenas a prisión perpetua por secuestros, torturas y homicidios perpetrados en distintos puntos del país.
Videla, de 85 años, ha escuchado impasible el veredicto del tribunal, su primera condena a cadena perpetua desde el Juicio a las Juntas Militares de 1985.
Asesinatos y torturas
La condena de Videla atiende la solicitud de la acusación particular y del fiscal, que señaló al dictador como "máximo responsable" de la confección de un plan sistemático "para eliminar opositores" durante el régimen militar.
Videla, de 85 años, Menéndez, de 83, y el resto de los acusados fueron llevados a juicio por el asesinato de 31 presos de la Unidad Penitenciaria San Martín de Córdoba, conocida como UP1, y por los secuestros y torturas en 1976 de seis víctimas señaladas por el régimen como "infiltrados de organizaciones revolucionarias".
Durante el proceso oral, por el que desfilaron más de un centenar de testigos, se escucharon crudos relatos de la represión que el dictador ha justificado, en su alegato final.
Videla ha insistido en su declaración de ayer en que los militares han librado "una guerra justa" contra "terroristas" que buscaban "la destrucción de bienes materiales o de personas" y pretendían instalar en Argentina un régimen marxista leninista.
Reclamó, además, "el honor de la victoria" frente a la guerrilla y remarcó que asume "todas sus responsabilidades" como jefe del Estado, cargo que ocupó entre 1976 y 1980.
Organismos de Derechos Humanos confían en que el represor sea trasladado en breve a una cárcel común de Buenos Aires, donde tendría que esperar el próximo juicio en su contra, que se celebrará en Santiago del Estero (norte), por el asesinato de un estudiante en 1976.
Indultado en 1990
En 1985, dos años después del restablecimiento de la democracia, Videla fue condenado a reclusión perpetua en el Juicio a las Juntas, aunque en 1990 fue indultado por el entonces presidente, Carlos Menem.
En 1998 regresó a la cárcel por orden de un juez que consideró la apropiación indebida de menores como delito de lesa humanidad, pero inmediatamente se benefició del arresto domiciliario.
En 2006 otro juez anuló su indulto y dos años después revocó su prisión domiciliaria, lo que permitió su traslado a la prisión militar de Campo de Mayo.
Felicidad entre las víctimas
La sentencia ha sido recibida con júbilo por víctimas, familiares y miembros de organismos humanitarios reunidos en el juzgado, que han estallado en gritos de "asesinos, asesinos" cuando el juez ha concluido la lectura del veredicto, celebrado también por más de un centenar de personas en la sede de la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina, en Buenos Aires.