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Análisis
UE: nueva Presidencia, nuevos problemas
Hungría ha adoptado dos leyes que pueden ir en contra de las leyes europeas. Una es una ley que limita la libertad de prensa y la otra establece un impuesto especial a las grandes empresas.
Jesús Torquemada
Por si la Unión Europea no tenía ya pocos problemas, ahora tiene otro inesperado: Hungría, el país al que le toca presidir la Unión este semestre.
Hungría, que asumió la Presidencia el día 1, ha adoptado recientemente dos leyes que pueden ir en contra de las leyes europeas. Una es una ley que limita la libertad de prensa y la otra es una ley que establece un impuesto especial a las grandes empresas europeas que operan en Hungría, sobre todo alemanas, francesas y austriacas.
Lo primero va contra los principios europeos y lo segundo va contra el mercado único europeo, pues discrimina a las empresas extranjeras a favor de las empresas húngaras. Así que la reunión que van a celebrar el viernes en Budapest la Comisión Europea y el Gobierno húngaro va a ser caliente.
Hungría tiene uno de los gobiernos más derechistas de Europa, pero no hay duda de que es el Gobierno que quieren los húngaros: el partido gubernamental, el conservador Fidesz, ganó las elecciones del pasado abril consiguiendo dos tercios de los escaños, lo cual permite al primer ministro Viktor Orban gobernar con comodidad.
El lenguaje del Gobierno magiar está siendo chocante: "No tenemos miedo a las críticas que vengan de Europa Occidental", ha dicho un portavoz. Curioso, porque eso de Europa Occidental y Europa Oriental es una distinción de la época de la “guerra fría” que parecía ya más que superada.