Internacional -
Crónica desde Haití
El sol vuelve a salir en Haití
Haití no tiene un verde palmera como las otras islas del caribe. El sol ha querido, que a la hora en que aterrizabamos, la isla se viese negra.
Xabier Madariaga
Entre esas sombras y bloques de hormigón derruído, al menos esta vez hemos podido entrar al país por avión. A través de un aeropuerto que hasta parece normal. Porque no fue así hace un año. Con la torre de control dañada por el terremoto, hace un año no tuvimos forma de aterrizar en Puerto Príncipe. Nos tocó entrar por la vecina República Dominicana.
Aquel trayecto sirvió para darnos cuenta de una cosa: de que el terremoto había pulsado el botón ''pause'' en la vida de millones de personas. Deambulaban de un lado a otro mientras su vida parecía haber perdido sentido.
Bueno, pues hoy vemos amanecer un Haití, en el que la gente va a sus trabajos, va a sus escuelas... Vamos, que el sol sale en Haití por muy negro que se vea todo. Y eso era algo que yo necesitaba ver. Porque hace un año me fui pensando que en Haití no salía el sol.
Durante todo un año Haití ha sido un tema a evitar. He dado alguna charla sí, pero con los amigos ha sido un tema tabú del que mejor no hablar, si no quería acabar tocado. Porque en Haití lloré bastante más de lo normal. Nunca antes me había pasado. Y poder ver hoy que la vida sigue, me está ayudando.
Además de esa gente, que ahora parece tener un rumbo fijo, hay otra instantanea que ha cambiado. Hace un año nos quejábamos porque no llegaban las tiendas de campaña. Ahora esas tiendas de campaña nos dan miedo. Están por toda la capital.
De los campos de los sin techo que recordamos, muy pocos han desaparecido. Ya duran demasiado y tanta tienda de campaña parece la prueba de que en un año, lo único que se ha consolidado en Haití, es la pobreza.