Internacional -
Análisis
No hay escapatoria para Berlusconi
El procesamiento del primer ministro por prostitución de menores está causando un gran daño a la imagen de Italia en todo el mundo.
Jesús Torquemada
Hace un año, Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia, habría arreglado sus problemas judiciales fácilmente. Gracias a su abultada mayoría parlamentaria, habría conseguido que el Parlamento italiano aprobase una ley para reforzar su inmunidad mientras estuviera en el cargo.
Ahora ya no puede hacer eso, por dos motivos. Primero, tras la ruptura de su coalición con Gianfranco Fini, ahora su mayoría parlamentaria se ha reducido a tres o cuatro escaños. Segundo, el Tribunal Constitucional anuló una ley que le salvaba a Berlusconi de ser juzgado, así que es imposible que el Parlamento pueda aprobar otra igual.
El procesamiento de Berlusconi por prostitución de menores está causando un gran daño a la imagen de Italia en todo el mundo. Berlusconi tiene pendientes otros tres procesos por corrupción y por delitos económicos de sus empresas; pero incluso esos escándalos parecen pequeños en comparación con éste.
Hace falta recomponer esa imagen y eso sólo se consigue mediante unas elecciones anticipadas. Pero ni Berlusconi quiere convocarlas ni su socio de Gobierno, la Liga Norte de Umberto Bossi, se decide a echarle rompiendo la coalición.
El hecho de que el procesamiento lo haya decidido una jueza y que el tribunal estará formado por tres mujeres ha producido sonrisas irónicas, pero eso demuestra precisamente que Italia es una sociedad en la que las mujeres tienen un papel social relevante, aunque por culpa de Berlusconi alguien pueda pensar que es un país medieval en el que aún rige el derecho de pernada del señor feudal.