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Análisis

Mohamed VI toma la iniciativa

La propuesta de reforma constitucional es demasiado bonita para ser verdad. ¿Es sincero el rey de Marruecos o intenta ganar tiempo?

Jesús Torquemada

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La reforma constitucional anunciada ayer por el rey de Marruecos, Mohamed VI, supondrá una democratización del país. Si se lleva a cabo tal como ha propuesto el rey, Marruecos aún no será una monarquía constitucional a la europea, pero empezará a acercarse a ello.

El rey ha dicho que está dispuesto a dejar de nombrar al primer ministro que él quiera y aceptar que sea primer ministro el líder del partido que gane las elecciones.

Ahora hay elecciones en las que participan varios partidos y a veces el rey nombra como primer ministro al líder del más votado, pero no siempre es así ni está obligado a ello.

También ha dicho que está dispuesto a reforzar las atribuciones del Parlamento y a promover un poder judicial independiente.

Y a reconocer en la Constitución la importancia de la lengua bereber, hablada por una parte de los marroquíes.

Y también a impulsar la regionalización, dando cierta autonomía a las regiones, empezando por el Sáhara.

Por supuesto, el rey no admite discutir la ocupación del Sáhara ni la legitimidad de la monarquía; pero, aparte de eso, la propuesta de reforma constitucional es demasiado bonita para ser verdad.

La comisión nombrada por el rey tiene hasta junio para presentar sus propuestas definitivas, que serán sometidas después a referéndum.

¿Es sincero el rey de Marruecos o intenta ganar tiempo para ver si la revuelta árabe se desinfla y entonces ya se olvidará de sus promesas? Eso es lo que tienen que valorar ahora los organizadores de las manifestaciones del pasado 20 de febrero, que están convocando otras para el 20 de marzo.

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