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Análisis

Demasiado incluso para Japón

Se ha quedado corto Naoto Kan, el primer ministro nipón. No es su crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial; es la más grave de toda su historia reciente.

Jesús Torquemada

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Japón ha resucitado ya varias veces. Ha conseguido sobreponerse a grandes desastres naturales y militares.

En 1923, un terremoto destruyó toda la región de Tokio y mató a 100.000 personas. A pesar de eso, siguió convirtiéndose en una potencia industrial y militar y empezó a conquistar otros países de Asia.

En 1945, Japón estaba destrozado tras perder la Segunda Guerra Mundial, concluida trágicamente con las dos bombas atómicas que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki. La reconstrucción empezó inmediatamente y con una velocidad increíble.

Entre los años 60 y 80 del siglo pasado, los japoneses deslumbraron al mundo con sus cámaras, sus aparatos electrónicos y sus coches baratos, pero fiables. Se convirtieron en la segunda economía del mundo a pesar del reducido tamaño de Japón y de tener un mercado interior relativamente pequeño.

En 1995, el terremoto de Kobe causó daños valorados en 100.000 millones de dólares, pero Japón salió adelante una vez más.

Ahora puede ser distinto. Si se confirman las fugas radiactivas, nos encontramos en una combinación de terremoto, maremoto y accidente nuclear. Una mezcla del histórico terremoto de Tokio y la bomba de Hiroshima. Puede ser demasiado incluso para un país tan disciplinado como Japón.

Se ha quedado corto Naoto Kan, el primer ministro nipón. No es su crisis más grave desde la Segunda Guerra Mundial; es la más grave de toda su historia reciente.

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