Internacional -
Análisis
Los límites de la Resolución 1973
Según el texto, los aliados puede establecer una zona de exclusión aérea y atacar a los tanques que disparen contra las ciudades. Pero, ¿pueden intervenir en una batalla entre gadafistas y rebeldes?
Jesús Torquemada
La Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU es muy difícil de llevar a cabo tal como está redactada. Pide crear una zona de exclusión aérea para que no puedan volar los aviones de Gadafi; permite usar todos los medios necesarios para proteger a la población civil; impone un embargo de armas, pero no solo a Gadafi, sino también a los rebeldes, a los que legalmente no se les pueden suministrar armas; y prohíbe la entrada de tropas extranjeras en Libia.
Con ese texto en la mano, algunas cosas quedan claras. Por ejemplo, la coalición internacional puede atacar a los aviones gubernamentales que se atrevan a despegar, a las defensas antiaéreas y a los centros de control y mando.
Pueden atacar también a los tanques o los cañones gadafistas que disparen contra el centro de una ciudad, caso de Bengasi o Misrata.
Pero, ¿pueden atacarlos también si hay una batalla en el desierto entre tropas gubernamentales y rebeldes armados?
En este último caso, los rebeldes ya no serían exactamente civiles. ¿Pueden ser bombardeados los convoyes de suministro o las instalaciones industriales que producen munición para los gadafistas? Con la resolución en la mano, no.
Hasta ahora, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos han bombardeado relativamente pocos blancos, en un esfuerzo por cumplir al pie de la letra la resolución de la ONU. Eso puede implicar la prolongación del conflicto.
Tal como están las cosas, los rebeldes no parecen capaces de echar a Gadafi si no reciben más ayuda.