La amnistía de Bashar El Assad

El presidente de Siria, Bashar El Assad, ha anunciado una amnistía que, si se lleva a cabo, implicará la puesta en libertad de todos los detenidos en la ola de protestas que sacude el país. La amnistía abarca también a los Hermanos Musulmanes, la principal oposición al régimen de Assad. Sin embargo, la represión no cesa.

Ayer mismo se produjeron incidentes en la región de Homs y los soldados volvieron a disparar contra los manifestantes. No hay cifras oficiales de los muertos desde que la revuelta comenzó a mediados de marzo. La oposición habla de algo más de mil muertos. El Gobierno ha conseguido impedir la entrada de periodistas extranjeros, pero se han filtrado imágenes en las que se ve al Ejército utilizando tanques contra los manifestantes.

El anuncio de la amnistía es un intento por parte de Assad de poner fin a esta oleada de protestas; pero hace un mes ya adoptó otra medida importante, el levantamiento del estado de emergencia que regía en Siria desde 1963, y eso no terminó ni con las protestas ni con la represión.

Lo único cierto es que Bashar El Assad intenta perpetuar el régimen fundado hace cuarenta años por su padre Hafez. Cuando le sucedió hace once años, se esperaba que Bashar modernizase y democratizase Siria. Pero Bashar, pese a la revuelta, ni se va ni pone en marcha ninguna reforma democrática.