La crisis griega se va a llevar todo por delante

La imagen de la Unión Europea va a quedar muy dañada como consecuencia de la crisis griega. Al principio, el plan de rescate a Grecia parecía un ejercicio de solidaridad con un socio en apuros.

Era lógico que se pusieran condiciones para ayudar: cuando alguien hace un préstamo, quiere tener la seguridad de que va a recuperar el dinero. Pero ahora se le están poniendo a Grecia tantas condiciones, y sobre todo tanta mala cara, que sus socios empiezan a parecer mafiosos de película, de esos que exigen que pagues y, si no, te atengas a las consecuencias.

Solo tres días después de que pareciera que estaba todo arreglado tras el acuerdo entre Merkel y Sarkozy, Grecia vuelve a estar al borde del abismo y la Unión Europea también. La gente no entiende nada. La canciller alemana y el presidente francés lo que acordaron es otro plan de rescate a Grecia, que entraría en vigor el año que viene; pero todavía falta por entregar a Grecia una buena parte del dinero incluido en el primer plan de rescate, el que se aprobó el año pasado.

Y los ministros de Finanzas del Eurogrupo han paralizado, con malos modos, la entrega de ese dinero pendiente. Demuestran que no se fían de Grecia, con lo cual a ver cómo se van a fiar los famosos mercados internacionales. Al apretar más la soga en el cuello de Grecia, corren el riesgo de provocar una fractura social allí, pero de paso van a provocar una fractura social en toda Europa y un divorcio cada vez mayor entre la idea europea y lo que sienten los europeos.