Internacional -
Análisis
La OTAN, camino del fracaso en Afganistán y Libia
La mayoría de los países con soldados en Afganistán han llegado a la conclusión de que no pueden ganar la guerra a los talibanes. En Libia, la OTAN va camino de cosechar otro fracaso.
Jesús Torquemada
La OTAN ya no es capaz de ganar ninguna guerra. El presidente Obama anunciará hoy mismo el comienzo de la retirada estadounidense de Afganistán. No será una salida corriendo, sino gradualmente, hasta 2014; pero otros aliados van a aprovechar la ocasión para largarse de allí cuanto antes.
La mayoría de los miembros de la OTAN que tienen soldados en Afganistán han llegado a la conclusión de que no pueden ganar la guerra a los talibanes y que, además, el Gobierno de Hamid Karzai no es de fiar.
En Libia, la OTAN va camino de cosechar otro fracaso. La campaña de la OTAN ha superado ya en duración, 78 días, a la que llevó a cabo en Kosovo en 1999. Entonces sí logró su objetivo: forzar la retirada de las tropas serbias que reprimían a los kosovares. En Libia, en cambio, la OTAN no ha conseguido, ni parece que vaya a conseguir, su objetivo último, que es derribar a Gadafi. Sí ha conseguido el objetivo marcado por las resoluciones de la ONU, es decir, impedir que los gadafistas bombardeen a los civiles.
El cansancio de los países de la OTAN que participan en la misión libia es evidente. Varios han anunciado ya que se van a retirar en las próximas semanas, como Noruega y Holanda; otros han señalado dificultades presupuestarias. En una época en la que se recorta el gasto social, va a ser difícil justificar que se gaste dinero en tirar bombas en Libia. Y más aún si encima se confirma que en algunos de los últimos bombardeos de la OTAN ha habido víctimas civiles, y esta vez parece cierto y no simple propaganda gadafista.